Errores que se cometen al negociar – I

Frente a un contexto crítico en el transcurso de algún negocio es aconsejable que primeramente se haya fijado de manera previa todos los pequeños detalles en la negociación, o sea, hasta qué punto están decididos a llegar. Y luego, estar y tener claro que pase lo que pase, todo control en las emociones la tienen ustedes y alguien más.

Enfadarse al momento de estar negociando debido a que la conversación no se dirige al punto que desean

En el momento que la gente se enfada tiende a dejar de lado el dominio y el enfado pasa a tomar el control, muchas veces la gente se arrepiente de lo que dice o hace en el momento. Se pierde el recurso de comunicación, se deja de comprender lo que la otra persona propone, se deja de entender todo lo que desea decir, entre varias cosas más. Es debido a que no se ponen en los zapatos de esa persona y eso es una mala estrategia.

Una cosa es querer enfadarse y otro es permitir que el enfado controle la mente. Si eligen la opción de enfadarse, bien, lo pueden usar como un instrumento, pero lo están usando a su servicio. Eso pudiese entrenarse, ya que el enfado proviene de una interpretación de que algo ha pasado. Todo es enfado es subjetivo (debido a que seguramente mañana la misma cosa no los afectaría) y se encuentra a servicio del estado de ánimo que tengan en el momento.

¿Cómo saber lo que quiere la otra parte?

Un instrumento que puede ayudarlos a percibir lo que existe en los pensamientos de la otra persona con la que pretenden negociar es el método de las tres posiciones perceptivas. Usualmente se acude a un negocio con el mapa del mundo, pero, sin embargo, falta por percibir el mapa del mundo del otro lado, o sea, brindar algo referente a todo el interés que poseen.

Con el fin de prepararse para una buena negociación con ese método, deben poner dos sillas, una en frente de la otra y sentarse en una de ellas. Deben imaginar que el interlocutor está delante de ustedes sentados en la silla del frente, le dicen en ese momento que le contarán todo respecto a la negociación. Empiezan a visualizar y recrean los argumentos. Cuando terminen, se cambian de silla y lo escuchan desde la imaginación con los mismos argumentos como si fueran él en ese momento. Luego de ello, se levantan y se ponen de pie en un espacio intermedio, la metaposición. Se imaginan a esos dos interlocutores, observando desde fuera todo el argumento que tienen.

De esa manera, el observador es esencial para poder observar desde fuera cada detalle que, al no permanecer implicado de manera emocional en todo procedimiento, atraviesa de manera inadvertida para cada una de las secciones.

Es debido a ese instrumento que se consiguen datos partiendo desde tres perspectivas en vez de una sola, lo que les deja expandir el número de metodologías eficientes que funcionen más con la otra parte que se espera. Se anticiparía lo que sucedería, a fin de cuentas.