Soichiro Honda, una historia de éxito

Soichiro Honda
Soichiro Honda

Soichiro Honda fue un joven idealista movido por un sueño, que lo convertiría en un ícono de las motocicletas. Las historias de los emprendedores son similares. Un día se deciden a trabajar en una idea, son persistentes. Y posteriormente a diversos errores, consiguen el éxito. La única diferencia es el tipo de mercado en el que se desenvuelven y los retos que afrontan en el camino.

Soichiro Honda, creador de inventos

Este emprendedor Soichiro Honda, llevó a cabo varios propósitos, que inicialmente no le dieron los efectos deseados. Sin embargo, al pasar algunos años de trabajo, experimentó con las bicicletas añadiéndoles un motor. Idóneo para trasladar a las personas de modo rápido y seguro.

Este plan impulsó a su compañía y se amplió por todo Japón y poco a poco prosperó por diversos países del mundo. Actualmente Honda es una marca con reconocimiento a nivel global que continúa innovando por el poder de los sueños.

Fue un ingeniero obstinado, un inventor que persiguió sus sueños hasta el último día de su vida. Hijo de madre tejedora y padre herrero. Honda emprendió bien joven, al ocuparse en el taller de reparación de bicicletas de la familia. Las piezas de las bicicletas rotas que su padre compraba para revender fueron sus juguetes desde que llegó al mundo.

Con quince años, Honda se trasladó a Tokyo como aprendiz en Art Shokai, un taller mecánico cuyos dueños, los hermanos Sakakibara, diseñaban coches de carreras durante la noche. En los años siguientes, Honda se convirtió en su piloto mecánico y ayudó a diseñar y construir el Curtiss, el coche de carreras que en mil novecientos veinticuatro conquistó el Campeonato de Japón.

Su trayectoria se vio reconocida con numerosos galardones. En mil novecientos ochenta y nueve ingresó en el Salón de la Fama del Automóvil. En mil novecientos noventa le fue otorgada la medalla de oro de la Federación Automovilística por sus contribuciones al desarrollo de la Fórmula 1.