Es importante conocer y analizar a nuestra competencia, ya que esto ayuda a identificar nuestra ventaja competitiva respecto a ella. Esto, por lo tanto, nos hace más eficaces al momento de crear nuestras estrategias.
El posicionamiento competitivo de nuestros productos y servicios es el lugar que ocupa nuestra oferta ante los clientes. Para analizar la competencia, se identifica, y posteriormente, se fijan las primordiales estrategias y objetivos en el mercado; así como la fuerza con que proceden y reaccionan con respecto a nosotros.
Analizar a los tipos de competencia
Competidores actuales son aquellos que brindan productos semejantes o sustitutivos a los nuestros; colocando énfasis en los de mayor porcentaje de mercado y volumen de negocio.
Competidores potenciales los que posean productos que casualmente alcanzaran ser parecidos a los de la empresa; o las empresas que están en condiciones de destacar las barreras de entrada.
Al obtener esta información se debe analizar comparativamente qué brindan y cómo lo brindan; ya que nos permitirá descubrir los mercados y conocer sus fuertes y debilidades.
Lograremos la ventaja competitiva cuando nuestros elementos específicos concuerden con los elementos de éxito en el mercado o sector en el que nos encontramos; y allí tiene mucho que decir el cliente. La fortaleza o debilidad de nuestra ventaja competitiva penderá de cuatro elementos primordiales: aptitud, diferencia, estabilidad y defensa.
Dicho de otro modo, nuestra ventaja ¿es suficiente para sobresalir de los competidores?, ¿nos diferencia verdaderamente?, ¿conseguimos conservarla a largo plazo? y ¿presume una barrera para el resto de competidores?
Si las respuestas son negativas nuestra elección será competir por costo; si es afirmativa, hay que recordar que nuestra ventaja competitiva no es constante en el tiempo por lo que este entrenamiento hay que hacerlo de manera repetida.
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