Celia Cruz (Ursula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso); una mujer de origen humilde, con un padre conservador que se oponía a su carrera de cantante, el racismo y la mala fama que existía para que las mujeres se dedicaran al canto. Celia pese todos estos obstáculos; logra convertirse en la voz principal de la orquesta más importante de Cuba, La Sonora Matancera.

Esa tímida jovencita, hizo un gran uso de la tremenda voz que dios le regalo y su enorme encanto para transformarse en el huracán sobre los escenarios; Cobrando popularidad, en medio del advenimiento de la revolución cubana (1959), que la hizo forzadamente exiliarse hacia los Estados Unidos.

 Celia y su potente AZÚCAR

Azúcar era su potente grito, su contraseña de apertura y el cierre de sus conciertos. Indudablemente nadie ha hecho bailar al mundo entero tanto como esta poderosa cubana; con una sonrisa vivaz y persistente, conquistando fanáticos en todas las latitudes, durante más de cincuenta años de triunfante carrera.

Celia Cruz fue nominada a trece premios Grammy y ganó dos;  Nominada a seis Grammys Latino de los cuales ganó tres; Con dos Doctorados Honoris Causa de la Universidad de Yale en mil novecientos ochenta y nueve y de la Universidad de Florida en mil novecientos noventa y dos.

Tristemente, lo único que Dios no le regalo fue hijos, a pesar de los innumerables intentos y tratamiento, no logro concebir; Sin embargo, su ex manager Pardillo aseguro: “si Celia hubiera tenido hijos, no la hubiésemos disfrutado por tanto tiempo”; porque de haber tenido hijos Celia habría hecho su carrera a un lado, aseguro.

Ciertamente, esta mujer será recordada por todas sus sensacionales presentaciones en las que desplegaba todo su magnetismo y arrolladora voz; conciertos en los que imposible no pararse a bailar y sentirse contagiado de su alegría y vitalidad. Por todo esto, será recordada y seguirá escuchándose su música en las fiestas y parrandas.