Dos visiones: Emprender es igual a innovar

Dos visiones ante el éxito
Dos visiones ante el éxito

En el mundo de los emprendedores existen dos visiones, en cuantas oportunidades hemos escuchado a emprendedores expresar que su idea es innovadora. Las frases emprender e innovar son empleadas diariamente como sinónimos.

Comprender si emprender es igual que innovar no es algo tan sencillo. Las opiniones son muy generalizadas cuando se considera a la innovación como una de las rutas esenciales en la reforma de las ventajas profesionales de las empresas y el elemento definible del progreso financiero.

Para que haya una innovación, es necesario que existan dos aspectos primordiales: la apariencia de invención y la ingeniosidad de un brinco notable mediante esa novedad. Tomando en cuenta que la innovación no se establece en absoluto.

Ciertamente el concepto de emprender es iniciar un nuevo negocio, escaso en un mundo donde la vacilación y el cambio exigen a los directores y líderes de empresas, dedicar sus destrezas emprendedoras para su acción diaria.

Emprender e innovar son dos visiones
Emprender e innovar son dos visiones

En este momento los conceptos son más extensos, definiendo la acción emprendedora como la tipificación de una oportunidad; alcanzando los recursos y situando el liderazgo para establecer valores sociales y económicos, en una variedad de contextos.

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Entonces como se establecen las dos visiones de emprender e innovar

Se logra emprender sin innovar. Emprender es aprovechar una oportunidad de negocio en el escenario que sea. Aprovechar esa oportunidad con particularidades innovadoras: que sea una proposición de valor novedosa y que aparezca ese brinco notable en la creación de valor mediante esa novedad.

Muestras de esto son esas proposiciones que no poseen diferencia pero que igualmente son triunfantes, ya que hay clientes abandonados; o que poseen una preeminencia competitiva con una proposición de valor ligeramente incremental, sin embargo, no suponen un brinco significativo en su oferta de valor; o duplicados o franquicias de concepciones que ya existen en el mercado. Estos ejemplos, hacen referencia a emprender sin que sean proposiciones innovadoras.  

Numerosas empresas pretenden diferenciarse, el asunto es la ruta por la que intentan conseguirlo. Diferenciarse es delinear una proposición de valor, en el cual el costo es uno de sus elementos.

Finalmente, se puede emprender sin innovar. Sin embargo, será muy arduo mantenerlo en el tiempo y crear bienes económicos si no se innova en algún instante. Por tanto, aunque innovar y emprender no es igual, lo incitamos a que lo sea.