Errores que se cometen al negociar – II

Cargar la sensación desde el comienzo que os van a ganar

Los más grandes y excelentes tratos se hacen en el momento que los dos entes tienen la sensación de que van ganando, debido a que se hace un enlace que perdura. Asimismo, se trata de una filosofía con nivel ético la cual es ideal y se puede decir: Yo gano, pero no a costa de que la otra persona pierda, y viceversa.

Se lograría emplear en este momento el dilema del prisionero para prepararse. Dos amigos serán juzgados. A cada uno de ellos se le dice lo siguiente: Si tu delatas a tu compañero, te librarás y a tu compañero le caerán 30 años. Si los dos se delatan, se estarán condenando a 40 años cada uno. Y si los dos se confiesan, estarán cumpliendo 5 años cada uno. La tendencia usual es delatar a la otra persona para zafarse. Moraleja: 40 años para cada uno.

El secreto se halla en que, si las dos personas confesaran, buscarían el acuerdo común, hallarían el mal menor. El pensar que se lograría ir por un máximo beneficio para uno mismo es una grave equivocación. Por lo que el dilema del prisionero dice que cada decisión consensuada donde esté el ganar/ganar suele ser la más beneficiosa. Asimismo, lo que trabaja es la inteligencia emocional.

Deshacerse del miedo al perder una negociación y que ésta se apodere de vosotros

Ese miedo que existe se vincula a una de las seis emociones fundamentales. El 95% de toda decisión tomada a diario se basan fundamentalmente en el miedo. Se tiene miedo a algo en general, a la pérdida de algo, y en ocupación de ello se toma la decisión. Es como toda ansiedad, que es la más grande protección hacia un futuro de las cosas que no han pasado aún.

En varias ocasiones la negociación crea un miedo en la persona en el momento que se da algún argumento definido y el otro pudiese estar a la defensiva. Se puede sentir incomodidad como si ya se hubiese pasado. Eso se ve bien por parte de los vendedores en el momento que se negocia el precio o venta del producto.

Se tienen que parar y pensar un momento con que armas vosotros contáis, para poder observar si es algo que está entorpeciendo el negocio con el fin de conseguir el éxito anhelado y si es requerido el ajustar un poco el discurso en relación a vosotros mismos.

Si queréis entrenar esas aptitudes, lo mejor que deben saber es que detectar todo tipo de emoción que uno vive es esencial y después preguntarse ¿qué pudiera hacer en frente de este contexto de miedo?

Cualquier persona podría ver que, si la negociación no sale, no hay motivo para lamentarse, ya que en muchos escenarios carga menos importancia de la que se le da. Si se relativiza la relevancia de lo que se está haciendo, o sea, toda presión del resultado, y por la otra parte, se desmonta el factor “miedo”, debido a que no se posee un viso, eso os desbloqueará.