Excelente trabajador, pero mal pagado

Excelente trabajador pero mal pagado
Excelente trabajador pero mal pagado

Es usual escuchar en las empresas que tienen un excelente trabajador; sin embargo, este es mal pagado. La realidad nos comprueba que hay excelentes profesionales dentro de las empresas, y regularmente no están ni en el puesto que merecen ni cobran un salario justo.

Este es el sentir que reflejan muchos profesionales. Probablemente no administren una multinacional, pero si se marcharán a otro lugar, la vida del patrón de esa empresa se notaría afectada. Son los buenos profesionales incógnitos que forjan el trabajo tal vez invisible para algunos, pero de gran beneficio.

David Graeber, nos regala una gran reflexión: si desaparecieran bomberos, atención al cliente de tiendas, chóferes de autobuses, barredores, mecánicos, enfermeras, educadores… el mundo cojearía. No obstante, si desaparecen: consultores políticos, gurús del mercadeo, entre otro, el mundo seguiría marchando.

Sin embargo, son justamente esas profesiones que se consideran de insuficiente beneficio las que tienen un salario superior y bien apreciadas. Su trabajo no es fructífero ni genera nada de valor. Principalmente, si nos referimos a los ilusorios gurús y a los consultores que sólo existen para hacer volumen en la empresa.

Las empresas no valoran a esos excelentes trabajadores
Las empresas no valoran a esos excelentes trabajadores

Excelente trabajador, mal pagado. Que frustración

La frustración que sienten numerosos trabajadores que no ven recompensado su esfuerzo con un salario apropiado. Estos chocan con una realidad que existe de trabajos de apariencia. Contribuyen con muy poco, pero hacen mucho ruido y son perceptibles mayormente en internet.

Como se mencionó existen profesiones que son mal pagadas y mal valoradas; pero quizá la tuya, o la mía sobrelleven esfuerzo y numerosas horas de trabajo.

Luego está la imagen del que está en el puesto más alto, pero son los empleados los que le hacen todo el trabajo. Él se dedica a asistir a reuniones y a analizar informes o hacer presentaciones que le preparan un grupo de empleados a los que relega.

Es el momento de recapacitar sobre si vale la pena permanecer en un trabajo donde sólo se te dice que eres extraordinario, pero eso no se ve convertido a fin de mes en forma de salario loable.

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