El empleo de freelance es una modalidad que va en alza. En ocasiones con el fin de reinventarse o sencillamente porque desean ser sus propios jefes. Progresivamente se suman más y más las personas que deciden abandonar la comodidad de un trabajo estable e indefinido; un salario medianamente decente y un horario.
En Estados Unidos, los trabajadores freelance ya forman un 33% de la fuerza laboral; y 9 de cada 10 no se trazaría ahora mismo dejar de serlo, aunque les planteasen un trabajo a tiempo completo.
Es importante aclarar que la vida del freelance no es color de rosa. Para la mayoría de las personas los aspectos positivos superan los aspectos negativos; sin embargo, no es un trabajo idóneo para todo el mundo.
Por este motivo, si estás planteándote hacerte freelance, antes deberías hacerte las siguientes preguntas
¿Posees una extensa red de contactos?: A diferencia de un empleo asalariado, en el que los clientes ya existen y tan solo hay que mantenerlos; como freelance tenemos que buscar nuestro propio negocio. Con la ausencia de una amplia red de contactos, esta labor se antoja espinosa, pues nadie nos conoce y serán pocos los que decidan contratar nuestros servicios.
Tu red de contactos será con total seguridad, tu primordial fuente de negocio, al menos al inicio.
¿Puedes pagar una gestoría?: Cuando nos hacemos freelance o autónomo, se empieza a sentir lo que significa la gestión de sus deberes legales con las administraciones públicas, fundamentalmente las tributarias.
Son diversos los aspectos que hay que considerar: hacienda, seguridad social, licencias, trámites. Lo que por una parte consigue hacernos perder mucho tiempo; y, por otro, logra meternos en inconvenientes si abandonamos todas estos compromisos.
Por tal razón, como freelance o como pyme, es útil contratar los servicios de una gestoría; que nos ayude con todos estos asuntos y efectúe estos trámites administrativos por nosotros.
¿Podrías trabajar tú solo?: la comodidad del teletrabajo, la flexibilidad de los horarios y el no tener jefe es una maravilla para todos; son numerosas las personas que no logran adecuarse a este ritmo de trabajo. La soledad es uno de los mayores desafíos de un freelance; pues esa sensación de contacto humano muchas veces no está presente cuando decidimos hacernos freelance.
Efectivamente, esta soledad consigue hacer que nuestra red de contactos se quede paralizada.
Numerosos freelances buscan sitios de coworking donde compartir un área común con otros autónomos; realizar actividades en grupo o asistir a conferencias para conocer personas y compartir experiencias.
¿Puedes permitirte ser freelance?: Uno de los inconvenientes del freelance es que la estabilidad laboral se ha terminado. Toca pasar tiempos arduos donde la escasez de proyectos será la tónica habitual; fundamentalmente al principio que aún no hemos podido hacernos un espacio en un mercado cada vez más competitivo.
Si no posees un colchón económico, principalmente al principio, puede que tengas dificultades en algunos momentos puntuales; que hagan que tengas que contraer compromisos con otras personas o entidades, con las peligrosas secuelas que puede tener.
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