
Actualmente es fundamental promover el
emprendimiento desde las aulas. Si buscamos la definición de emprendedor hallaremos
lo siguiente: alguien que acomete un
proyecto que implica trabajo o presenta dificultades; toda persona que
tenga iniciativa y decisión de llevar adelante un proyecto empresarial.
Otra definición podría ser: los emprendedores son personas creativas e innovadoras con muchas y excelentes ideas; pero se precisa tener una actitud de liderazgo y disciplina en los negocios para convertirlos en proyectos exitosos.
Esencialmente son personas que ven oportunidades donde otros no, capaces de tomar riesgos, con tolerancia al fracaso y que confían en sus capacidades de aprendizaje y conocimientos como base de su éxito. Asimismo, en casi todos los casos su capacidad de soñar, su motivación y creatividad destacan claramente.
Cada vez hay más jóvenes con una actitud emprendedora, y reconocen en ellos ciertas habilidades, que brillan en cada uno y favorecen el proceso del emprendimiento. Pero también son conscientes de que es preciso una formación para adquirir los conocimientos y el desarrollo de habilidades relacionadas con el emprendimiento.
Por eso estamos convencidos de fundamental que es enseñar en las escuelas habilidades esenciales para la vida, como las relaciones, el optimismo o la capacidad para emprender; aprovechando al máximo las fortalezas y pasiones de sus estudiantes.
Hay que dar un paso más allá, y dejar de lado la educación tradicional basada en la mera transmisión de información, adoptando un modelo educativo que no se centra exclusivamente en la memorización; sino en facilitar a los alumnos habilidades para el éxito en la vida, a la vez que se les ayuda a desarrollar su talento.
Para avivar el emprendimiento, en las aulas se requiere generar un refuerzo de la inteligencia emocional, y de su autoconfianza. Enseñar a establecer y lograr las metas, y desarrollar aptitudes como la empatía y actitudes como el optimismo.
Es necesario iniciar a los niños y familiarizarles con estos conceptos y captar su atención. Porque ser creativo implica saber ver las cosas de manera distinta a lo que consideramos normal o convencional. Significa atreverse a pensar de manera diferencial, es dar un paso más, ser innovador llevando a cabo esas ideas a la práctica.
Por ello, es justo enseñar a los alumnos la importancia de aportar sus propias soluciones para circunstancias cotidianas; y proporcionar la oportunidad de lanzarse y poner en marcha sus propios proyectos.
Al ayudar a los estudiantes a desarrollar su talento y la confianza suficiente es fundamental para lograr sus metas, les sirven una ventaja competitiva adicional, fomentando su desarrollo hacia una educación con autonomía y responsabilidad.
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