La inteligencia emocional estimada como competencia para conseguir empleo. En la actualidad vivimos en un instante donde parece que las relaciones humanas son cada vez menos significativas. Mantenemos mejores relaciones a través de máquinas que de persona a persona.
Igualmente ocurre en los negocios, donde resulta más fácil enviar un correo o un mensaje antes que alzar el teléfono para hablar con la otra persona. No obstante, la inteligencia emocional se ha transformado en una competencia esencial para conseguir un buen empleo.
Ya que es uno de los requisitos que nos ayudan a estar conectados con el resto del equipo; es empatizar con ellos. Comprender sus reacciones ante los cambios y proporcionar la cooperación. Por eso en determinadas áreas se transforma en el adhesivo que ensambla a los equipos de trabajo.
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Inteligencia Emocional en el trabajo, gana el empleado y gana la empresa
Se intenta conseguir los objetivos habituales que se ha marcado la empresa. El trabajador que dispone de esta inteligencia emocional es capaz de acomodarse mejor a los cambios que van brotando en la empresa; pero a la vez convertirse en un emisario para ayudar a sus compañeros a adaptarse al mismo.
Al mismo tiempo, en el trato con el cliente, esta inteligencia emocional es esencial para poder transmitir mejor que se comprenden sus necesidades; y que estamos a su lado para ayudarle. Esa experiencia que se comunica al cliente se convierte en algo primordial; fundamentalmente cuando las cosas se tuercen, este empleado es idóneo de reconducir la situación de forma correcta.
En un mundo donde lo importante cada vez más parece que son valores que tienen que ver con la automatización, la inteligencia artificial o que no interceda el factor humano para evitar traspiés; al menos es un consuelo saber que aún muchas empresas valoran de modo muy positivo esta inteligencia emocional para elegir a sus empleados.