Aunque no lo creas las pausas en el trabajo nos hacen ser más productivos. Salir y caminar un poco, tomar un café, comerse una galletica se ha valorado generalmente como una manera de perder el tiempo. Sin embargo, estas acciones bien gestionadas, consiguen que las pausas en el trabajo nos hagan ser más productivos.
Parar por cinco minutos, probablemente logrará que la próxima hora de trabajo nos encontremos más concentrados en las tareas que tenemos pendiente. Ese es el propósito.
Estar sentado por horas delante del escritorio de trabajo no significa ser más productivo. El descanso no tiene que ser únicamente físico, sino principalmente mental. Es cuestión de brindarle un respiro a la mente; y para eso nada superior que ir y prepararse una buena taza de café, salir a caminar un poco. Para rápidamente retornar a nuestro escritorio de trabajo y trabajar nuevamente con concentración para continuar nuestras tareas.
Las pausas en el trabajo son necesarias
Igualmente, esto debe ser obligatoriamente transitorio. Si se extiende más lejos de los cinco minutos nada va a compensar el descanso por este progreso de la productividad que conseguimos. Asimismo, conforme pasamos más tiempo aislados de las tareas que tenemos diferidas, es más complejo retomar la continuidad de manera inmediata.
Una breve pausa para mirar al celular, salir de la oficina y observar el sol o respirar un poco de aire fresco. Una mala maña sería hacer eso mismo, pero al frente de la computadora. Ya que existe el peligro de permanecer atrapados en las redes sociales. Sin darnos cuenta ya han transcurrido 20 minutos. Y esto realmente presume una pérdida de tiempo, que se logra empeorar si al mismo tiempo se transforma en una costumbre.
Esto además es aplicado para los trabajadores que laboran desde casa o en las oficinas de los clientes. Es preciso levantarse cada cierto tiempo, mudarse de habitación, prepararse un buen café o salir a dar un paseo. Lo mismo que se dedica en la oficina de nuestra empresa lo dedicamos cuando estamos fuera. De otra manera presentamos el conflicto de tener que extender los horarios de modo superflua.
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Es primordial asumir claramente que instantes del día son los más óptimos para sobrellevar menos dificultades, para lograr aislarnos, concentrarnos y expedir los trabajos que son más complejos en esos momentos. Si planificamos bien las pausas, incluso el descanso para comer, los períodos de trabajo serán más productivas.
