Los buenos jefes siempre parecen un ser mitológico

Los buenos jefes siempre parecen un ser mitológico
Los buenos jefes siempre parecen un ser mitológico

Los buenos jefes existen, y es que se habla mucho de los malos jefes. Tal parece que todos los líderes de empresas asumen el papel de ogro. Y cuando aparecen los buenos jefes son vistos como seres mitológicos, del que algunos hablan, pero muy pocos han visto. Verdaderamente no creo que sea así. No obstante, se da mucho énfasis al jefe improductivo, al tirano, al déspota.

Y cuando conversas de estos asuntos con el resto de tus compañeros o empleados lo primero que sale son los jefes que se han equivocado, que no han hecho bien su trabajo de líder. Ciertamente que, en muchas veces a mayor responsabilidad, más repercusión tienen estas decisiones. Y lamentablemente son exiguas las ocasiones donde se señalan los jefes con los que da satisfacción trabajar.

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Los buenos jefes si existen en la vida real

Un mal jefe tiene una mayor rotación de nómina, eso es completamente seguro. Esto quiere decir que a lo largo de un año son más los trabajadores que lo padecen. Y con ello se amplía su leyenda, que muchas veces termina afectando no solo a su departamento, sino a toda la empresa. Y en generalmente consigue que el clima de trabajo, el ambiente laboral sea espantoso.

Si existen jefes que son una excepción, que pueden contar con más experiencias positivas que negativas
Si existen jefes que son una excepción, que pueden contar con más experiencias positivas que negativas

Si existen jefes que son una excepción, que pueden contar con más experiencias positivas que negativas. Existen jefes dialogantes, que saben delegar, que asumen su responsabilidad sin transferirla a los que tienen bajo su mando y que mantienen motivados a los trabajadores.

También se sufre con otros, a los que no se le pueden debatir sus decisiones, ni siquiera en forma de sugerencia, si no se quiere sufrir su ira. Igualmente es cierto que con el tiempo se toma perspectiva respecto a todos ellos. Y es cierto que trabajar con un mal jefe es recorrer un laberinto sin salida. O nos resignamos o buscamos otro trabajo lo más pronto posible.