Mala idea contratar amigos para nuestra empresa

Contratar amigos en tu empresa en ocasiones es mala idea
Contratar amigos en tu empresa en ocasiones es mala idea

En ocasiones resulta una mala idea contratar a amigos o amigos de mis amigos para que trabajen en nuestra empresa. Se consiguen dar diferentes situaciones y casi nunca trae consecuencias positivas ni para la empresa ni para la relación de amistad.

Es una ayuda y no suele funcionar muy bien. Los otros empleados verán con desconfianza a este recién llegado. Al mismo tiempo, si no posee los conocimientos precisos ni buena inclinación para aprender, los demás miembros del equipo van a asumir parte de su trabajo. Estas situaciones suelen empañar el ambiente laboral.

Las contrataciones de empleados por vínculos afectivos resultan mala idea
Las contrataciones de empleados por vínculos afectivos resultan mala idea

Igual sucede cuando se emprende un negocio con un amigo. La realidad es que tienen pocas probabilidades de permanecer mucho tiempo juntos; si la base de su colaboración es más su amistad que sus capacidades. Y el alejamiento generalmente implica además un menoscabo de la amistad.

Trabajar con un amigo es mala idea y no siempre es fácil

Sólo existe un contexto que funciona bien, y es cuando un amigo llama a otro para ocupar un lugar disponible en nuestro departamento. La relación profesional es de igual a igual, y suele funcionar. El único inconveniente es que uno haya acreditado la contratación de su amigo y luego se retire a los pocos días, posea una conducta laboral inadecuada, etc.

Esto no quiere decir que no logremos ser amigos de nuestros compañeros de trabajo. Pero estos realmente son falsos amigos. Únicamente cuando uno de los dos cambia de trabajo se ve si efectivamente esa amistad se había afianzado o sólo colaboraban en un equipo y cuando uno renuncia se termina la relación.

Existen ciertos factores que al ser amigos entorpece en las relaciones laborales:

Criticas del trabajo del otro:  por lo general nos cuesta hablar francamente con un amigo y destacar esos aspectos negativos de su trabajo o cosas que puede perfeccionar, solo por el hecho de temer a que no encaje bien nuestra crítica.

Se distraen con más facilidad: pues siempre vas a tener algo de que conversar con tu amigo que con personas que no son de tanta confianza.

Contrariedades con los ascensos:  ya que, si uno asciende y el otro no, podría presentarse los celos; igualmente un cambio de estatus en la relación profesional que termina perturbando a la relación personal.

Otra elección es que se contrate a un amigo, competente y que provee el perfil para el puesto. La presión que presume cotidianamente en el trabajo, el deterioro y las tensiones que logran aparecer, acaban esa amistad.

Ser el jefe de tu amigo es un error. Generalmente, no se alejan los planos personales de los profesionales. Siempre lidiamos con personas que carecen de empatía, que no conocen lo que representa la diplomacia o peor aún, desconocen el trabajo en equipo.

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