El optimismo realista es la mejor opción para emprender, comenzar una aventura empresarial. En este recorrido la adrenalina se sube, la inseguridad, las interrogaciones, aparecen aquellos que se desmoralizan en el camino. Y aquellos que se creen que serán el nuevo descendiente de Facebook.
Estas son demasiadas emociones juntas para gestionar. Y en ocasiones resulta muy complejo conservar una actitud positiva realista diariamente. Principalmente, si ya se ha experimentado el fracaso.
Es fundamental mantener una actitud proactiva: frente a una dificultad grave es posible que nos dejemos arrastrar por la desolación, miedo, ira. Los especialistas sugieren que no conviene dejarnos llevar por ellos, así como tampoco reprimirlos. Mucho menos, si se trata de un contexto profesional donde se apuesta todo: dinero, tiempo y energía.
En estas circunstancias, es preciso disponer de una actitud racional para aceptar la realidad de un modo más objetivo. Y así no abandonar el barco de un momento a otro.
La actitud más efectiva es enfrentarlos y buscar soluciones. Nos venden un éxito fugaz, inmediato y eso se desvía de la realidad. El éxito se alcanza después del esfuerzo y caerse numerosas veces. Y estar claros que ciertas veces, no llega.
Hay que evitar el ingenuo optimismo: Los medios de comunicación nos inyectan mensajes poco objetivos a los jóvenes y no tan jóvenes que desean emprender. Todo es viable, vas a trabajar donde tú aspires. Ocasionalmente se hará realidad, pero quizá con una alta proporción, no.
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No es saludable vivir en un continúo estado de ingenuo optimismo. Así como tampoco tener una actitud negativa. Lo perfecto, es apostar por un estado de ánimo sensatamente positivo. Ese que nos permita progresar y prevalecer ante los aprietos sin evadir la realidad.
Definitivamente el optimismo realista es la mejor opción
Los emprendedores que poseen esta actitud tendrán más probabilidades de alcanzar el éxito. Por encima de aquellas que temen al fracaso o consideran que todo estará bien así porque sí. Porque, al poseer mayor ilusión y energía, son más emprendedores y no se vencen tan fácilmente ante las dificultades.
Son competentes para estructurarse muy bien al momento de obtener sus objetivos. Así como de establecer un plan B por si las cosas no surgen tal y como tenían pensado. Un emprendedor optimista realista, tiene una gran capacidad de autocontrol. Esto es porque conocen tanto sus debilidades como sus fortalezas.
