Existen algunas personas que tienen una capacidad para gestionar su tiempo, fuera de lo habitual que les permite abarcar más actividades que el resto de los individuos. En una entrevista a 200 personas ultra-productivas, donde se incluían multimillonarios, atletas, estudiantes y emprendedores exitosos.
En la entrevista realizada a estas personas, se respondió solo una pregunta ¿Cuál es el secreto número uno de tu productividad? Posteriormente de analizar todas las respuestas, se tradujeron de esta manera.
Pensar en minutos, no en horas: seccionar los horarios en horas y medias horas. Las realmente productivas saben que cada día tiene 1440 minutos y que todos y cada uno de ellos son esenciales. Suponga que cada día le dan 1440 euros para derrochar en lo que usted quiera; ojo, los que no gaste desaparecerán al concluir el día. Lo mismo ocurre con los minutos: el dinero se recupera, el tiempo no.
Centrarse en una sola cosa: Las personas híper productivas reconocen su tarea más importante; y trabajan en ella una o dos horas cada mañana, sin obstáculos. Hay que invertir la primera parte del día trabajando en nuestra prioridad número uno.
No usan una lista de cosas que hacer: cómprese una agenda o un calendario. Según estudios, el 41% de las cosas que agregamos en este tipo de lista jamás las llegamos a hacer; y todas esas tareas quebrantadas sólo crean estrés e insomnio. Lo mejor es usar un calendario en el que organizar tu día en bloques de 15 minutos.
Están en casa para cenar: Siempre existe algo más que hacer, algo más que convendría estar hecho, algo más que podría haberse hecho. Pero las personas productivas saben que no todo en la vida es trabajo; por eso distribuyen sus 1440 minutos en cada una de las áreas sustanciales: trabajo, pero además familia, ejercicio y hobbies.
Manejan un cuaderno de notas: Richard Branson, fundador de Virgin Group, ha expresado en más de una oportunidad que no habría logrado levantar su imperio sin un simple cuaderno que lleva consigo a donde va. Según él “esta es una enseñanza que vale un millón de dólares y que no enseñan en las universidades de negocio. Anótalo todo”.
Evade las reuniones: Las reuniones suelen ser auténticas asesinas de tiempo. Inician tarde, reúnen a la gente errada, pasean sin llegar al asunto central y se alargan horas y horas. Las personas productivas evaden tener reuniones cada día; y, sin son indispensables, se aseguran de que no se prolonguen más allá de lo necesario.
Delegan prácticamente todo: Las personas productivas no se preguntan “¿cómo YO consigo hacer esta tarea?”, sino “¿de qué forma puede estar hecha esta tarea?”. Posponer el “yo” lo máximo posible es lo que hacen las personas productivas; pues es imposible estar en todas partes haciendo todo al mismo tiempo.
La energía lo es todo: Es absurdo que el día tenga más de 1440 minutos, pero sí consigues aumentar tu energía, lo que acrecentará tu atención, tu capacidad de toma de decisiones; y, por, sobre todo, tu productividad. Las personas altamente productivas no se saltan comidas, horas de sueño o descansos para lograr más, más y más. Al contrario, perciben la comida como gasolina, el dormir como recuperación y las pausas como algo preciso para los “sprints” de trabajo.
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