Progresivamente, las redes sociales se han convertido en herramientas fundamentales para impulsar el crecimiento de las empresas. Resultando ser magníficos filtros para adquirir mayor visibilidad. Logrando un mejor contacto con los clientes, si se manejan las acciones adecuadas.
Algunas empresas han decidido arriesgarle a este mercado consiguiendo consecuencias efectivas. Otras no ven la manera en que estas herramientas les pueden ser beneficiosas, principalmente por el tipo de producto o servicio que brindan.
Es importante aclarar que las redes sociales ayudan a propagar, vender, comunicar y exponer los productos o servicios de una empresa. Pero eso no significa que todas las redes sean ventajosas para todos los negocios.
¿Qué se debe considerar para elegir las redes sociales?
Es necesario tener presente a cuál es el público objetivo de una empresa. Antes de optar por las plataformas, y así escoger las apropiadas para dar a conocer sus productos o servicios.
Twitter: El setenta y un por ciento de usuarios comprenden los veinticinco y cincuenta y cuatro. Y es una red social muy difundida entre profesionales de la comunicación.
Facebook: Aparte de contar con un gran porcentaje de público joven, la red social también llega a audiencias entre treinta y cincuenta años. De igual manera, el sesenta y dos por ciento, personas de sesenta y cinco años y en adelante, ya tienen una cuenta en esta red social.
Instagram: El sesenta por ciento de los usuarios de esta plataforma tiene entre dieciocho y veintinueve años, y la mayoría son mujeres.
LinkedIn: Esta red social es utilizada por cerca de un veinticinco por ciento de población adulta. La gran mayoría de ellos son profesionales con educación superior.
Posteriormente de preferir la o las redes sociales apropiadas para llegar al público objetivo, es primordial tener en cuenta algunos consejos prácticos a la hora de empezar a manejar dichas herramientas.
Crear una estrategia de contenido, con publicaciones regulares y diferenciadas para cada red.
Intentar tener interacción con los usuarios.
Humanizar la marca, esencialmente en el tema de atención al cliente.
Atender las quejas o reclamos de los usuarios con atención, y brindar una respuesta rápida.
Aprovechar las herramientas para conocer y entender las necesidades de los clientes.
