Sabias que este síndrome es un tipo de estrés laboral, conocido también como quemado en el trabajo. El concepto de “síndrome de burnout” lo acuñó el psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberg en 1974. Este síndrome aparece como una angustia emocional creciente y puede conducir al desarrollo de las distorsiones cognitivas profundas. Y llevar al hombre hasta el punto que, en ciertas situaciones, comienza a ganar errores en el pensamiento. O en los patrones de desviación del juicio.

Ejemplos de este tipo de errores o desviaciones pueden ser una ilusión de control, la locura, la subestimación de la inactividad. Así como el no tomar las pérdidas en serio, la probabilidad de denegación, la planificación, y otros errores.

De esta lista, queda claro por qué el problema del agotamiento atrajo la atención de los gerentes modernos. Cuanto más alto se pone de pie en la jerarquía de gestión, la sensación es más aguda de lo que está en juego.

Es necesario decir que el síndrome de burnout está incluido en la lista (CIE-10). De la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y afecciones relacionadas con la salud laboral. En otras palabras, si se le diagnostica agotamiento, es probable que se enferme. Por supuesto, la necesidad de tratamiento médico es un caso extremo que no debe ser permitido.

Para la chispa que no prende fuego es necesario mantener un ojo especialmente para este tipo de “señales”:

-La creciente indiferencia hacia sus obligaciones y lo que está sucediendo en el trabajo. -El negativismo con respecto a los clientes y empleados. -El sentimiento de fracaso profesional. -La insatisfacción en el trabajo.

Es necesario prestar atención en el incremento de estas sensaciones. Ya que cada uno de nosotros de vez en cuando se encontrará con una situación en la que los síntomas anteriores aparecen muy fácilmente. Por lo general, sin embargo, se trata de una sola vez y los síntomas son de corta duración.

Uno de las principales señales del síndrome de burnout es el agotamiento

Y este viene después del cansancio. Pero se debe saber diferenciar entre cansancio y fatiga:

En principio, la fatiga se refiere al aspecto físico. El problema pasa a un plano psicológico o emocional. Por ejemplo, si usted tiene un objetivo determinado, o un intenso trabajo, activo o está dedicado a conseguirlo. Siente que está en el límite o que necesita unas vacaciones. Se toma un receso de una hora, día, una semana…

¿Qué ocurre? Una vez que su cuerpo se haya recuperado, suele ocurrir mucho más rápido del periodo asignado por usted. Su cuerpo vuelve a su funcionamiento normal, y sigue avanzando hacia su objetivo con energía renovada. La fatiga suele ser tratada con remedios banales, pero lo más recomendado es disfrutar de un buen sueño, comida sana y aire fresco.

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En el caso del cansancio es diferente. Es difícil o incluso imposible escapar al interruptor del sueño. La irritabilidad, la ansiedad, la culpabilidad y la desesperanza que persiguen incluso hasta en las Bahamas. Los alimentos no logran subir a la boca o por el contrario, se inicia un modo de vida salvaje. La sensación de agotamiento físico en este caso no es la causa sino la consecuencia del agotamiento. En pocas palabras, en el primer caso, la cabeza responde a las señales del cuerpo, y el segundo en el cuerpo de las señales de la cabeza.

Así que se debe saber diferenciar las dos al momento. Para así evitar que el Síndrome de bournout sea su próxima enfermedad laboral.

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