
Las figuras de la nuda propiedad y el alquiler vitalicio, hasta hace poco consideradas fórmulas residuales del derecho civil, están cobrando importancia como vehículos de inversión inmobiliaria. Estamos en un momento en el que el mercado español está buscando rentabilidades estables y modelos sostenibles, estas alternativas se están posicionando como un refugio inteligente para quienes desean diversificar sin exponerse a la volatilidad de otros activos. No hablamos de un invento nuevo, sino de un mecanismo que, con el paso del tiempo, ha ido encontrando su hueco en una sociedad que envejece y demanda soluciones patrimoniales distintas.
El auge de plataformas como Jubenial, especializadas en el mercado inmobiliario para mayores de 65 años, ha democratizado el acceso a este tipo de operaciones. Gracias a ellas, los inversores pueden analizar oportunidades de nuda propiedad o alquiler vitalicio con transparencia y seguridad jurídica, mientras los propietarios mayores obtienen liquidez o una renta vitalicia sin tener que abandonar su vivienda. Es un modelo donde ambas partes ganan, y en un país donde el 20% de la población supera ya los 65 años, la tendencia apunta a un crecimiento sostenido.
En este artículo voy a explicarte por qué estas fórmulas están ganando protagonismo, cómo funcionan desde una perspectiva empresarial y fiscal, y qué ventajas ofrecen frente a otras opciones tradicionales. Analizaremos el contexto demográfico que impulsa esta oportunidad, las razones por las que invertir en un inmueble bajo este esquema puede ser una jugada estratégica y, sobre todo, responderemos con claridad a la pregunta clave: ¿Merece la pena invertir en nuda propiedad?
Un mercado inmobiliario redefinido por el envejecimiento demográfico
España está envejeciendo a un ritmo acelerado. Según el Instituto Nacional de Estadística (2024a), el 20,4% de la población tiene más de 65 años, y las proyecciones indican que esa cifra rozará el 30% a mediados de siglo. Eso significa que uno de cada tres españoles será mayor en apenas tres décadas. Este cambio demográfico no solo redefine el mercado laboral y sanitario, también está transformando el inmobiliario.
Las viviendas que se construyeron en los años setenta y ochenta no responden a las necesidades actuales de accesibilidad y eficiencia. Las escaleras, los espacios reducidos y la falta de servicios cercanos empiezan a pesar. Por eso, la demanda de viviendas adaptadas y ubicadas en zonas bien comunicadas se dispara.
En paralelo, la oferta se mantiene rígida: apenas se construyen 90.000 viviendas nuevas al año frente a la creación de más de 250.000 hogares (Banco de España, 2024). Esa brecha abre una oportunidad clara para quienes saben leer el mercado con visión empresarial.
Los mayores no quieren desarraigarse, pero necesitan liquidez para mantener su calidad de vida. Aquí es donde la nuda propiedad y el alquiler vitalicio se presentan como fórmulas que equilibran patrimonio y bienestar. En un país con 4 millones de viviendas vacías y un déficit de oferta adaptada, estos mecanismos pueden convertir un problema demográfico en una oportunidad de inversión sólida y responsable.
Nuda propiedad y alquiler vitalicio: fórmulas de inversión con retorno estable
Nuda propiedad, explicada sin rodeos: precio, usufructo y calendario
La nuda propiedad consiste en comprar un inmueble sin derecho de uso inmediato, porque el propietario se reserva el usufructo vitalicio. En otras palabras, el inversor adquiere el título de propiedad a un precio descontado (que puede oscilar entre el 30% y el 60% del valor de mercado), y obtiene el pleno dominio cuando el usufructuario fallece. Es un modelo que combina paciencia y previsión: el valor se genera con el tiempo.
Desde la óptica empresarial, esta fórmula tiene tres ventajas evidentes.
- Descuento de entrada: se accede a activos inmobiliarios a precios muy inferiores a los del mercado tradicional.
- Gastos reducidos: el usufructuario asume la mayoría de los gastos ordinarios (IBI, comunidad, mantenimiento).
- Apreciación garantizada: el activo suele revalorizarse con los años, y el inversor consolida el pleno dominio sin costes adicionales relevantes.
Además, las operaciones de nuda propiedad cuentan con un marco jurídico claro en el Código Civil y beneficios fiscales notables. Los vendedores mayores de 65 años pueden quedar exentos de tributar por la ganancia patrimonial si la vivienda es habitual o si reinvierten hasta 240.000 euros en una renta vitalicia (Instituto de Estudios Económicos, 2025b).
Desde el punto de vista del comprador, el riesgo principal está en el factor tiempo: la duración del usufructo depende de la longevidad del titular. Por eso, los inversores más experimentados diversifican comprando varios activos con distintos perfiles de edad para equilibrar el retorno.

Alquiler vitalicio: derechos, límites y encaje para el inversor
El alquiler vitalicio es otra fórmula en expansión. A diferencia del arrendamiento tradicional, este contrato no tiene fecha de vencimiento: garantiza al inquilino el uso del inmueble durante toda su vida, incluso si el propietario cambia. El arrendador conserva la propiedad y percibe una renta mensual, mientras el inquilino obtiene estabilidad y protección jurídica. Para el inversor, representa una fuente de ingresos pasivos estables y un activo con potencial de revalorización a largo plazo.
Legalmente, se formaliza por escrito e incluye la identificación de las partes, la descripción del inmueble, el importe de la renta, las condiciones de mantenimiento y las causas de resolución. No puede rescindirse de manera unilateral sin causa justa.
Esto aporta seguridad al arrendatario y previsibilidad al inversor. En muchas comunidades autónomas, además, los alquileres vitalicios para mayores de 65 años disfrutan de bonificaciones fiscales y reducciones en IRPF o ITP (Instituto de Estudios Económicos, 2025b).
Fiscalidad práctica: quién paga qué y cómo se calcula
El atractivo de estas fórmulas no solo radica en el descuento o la estabilidad, sino en su eficiencia fiscal.
- En nuda propiedad, el comprador tributa por el valor descontado, reduciendo la base imponible del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP).
- El vendedor mayor de 65 años puede beneficiarse de exenciones significativas.
- En alquiler vitalicio, el arrendador puede aplicar deducciones autonómicas (por ejemplo, un 10% por gastos de conservación en Madrid) y el arrendatario, reducciones de hasta el 15% en la renta según comunidad.
Para quienes gestionan patrimonios diversificados, estas condiciones aportan una ventaja comparativa frente a otros modelos más gravosos o inciertos.
¿Merece la pena invertir en nuda propiedad?
La pregunta del millón: ¿Merece la pena invertir en nuda propiedad?
Tras analizar este mercado durante años, la respuesta es sí, siempre que se entienda el horizonte temporal y se gestione con cabeza fría. No es una inversión para impacientes. Es una jugada de largo recorrido, ideal para quienes buscan preservar capital y rentabilidad sostenida en entornos de inflación alta o tipos moderados.
El descuento como motor de rentabilidad: rangos por edad y ejemplos
El corazón de la rentabilidad está en el descuento. Cuanto mayor es la edad del usufructuario, mayor suele ser el descuento aplicado al valor del inmueble.
- A los 70 años, el descuento medio ronda el 40%
- A los 80 años, puede llegar al 60%
- En casos superiores a 85 años, el precio de adquisición puede situarse en torno al 30%–35% del valor de mercado.
Pongamos un ejemplo práctico; un piso en Chamberí valorado en 600.000 euros podría adquirirse en nuda propiedad por unos 360.000 si el usufructuario tiene 78 años. Si el inversor consolida el pleno dominio en 10 años, el retorno implícito anual puede superar el 5%, sin contar la revalorización natural del activo. En mercados como Valencia o Málaga, donde los precios aún tienen recorrido, las horquillas son incluso más atractivas.
Riesgos reales: longevidad, iliquidez y cómo cubrirlos
Todo negocio tiene riesgos, y este no es la excepción.
- Riesgo de longevidad: el plazo de consolidación es incierto. Se mitiga diversificando edades y ubicaciones.
- Iliquidez: la nuda propiedad no se vende con la misma facilidad que una vivienda libre, aunque empieza a haber más demanda secundaria.
- Fiscalidad futura: los beneficios actuales podrían modificarse, por lo que conviene asesorarse jurídicamente antes de cerrar operaciones.
La clave está en no sobreapalancarse. En este tipo de inversiones, el valor no se mide por la rapidez, sino por la calidad del activo y la seguridad jurídica del contrato. En otras palabras, quien compra con paciencia y rigor, gana.
Comparativa honesta frente a otros modelos de inversión
Frente a los alquileres turísticos o las hipotecas inversas, la nuda propiedad ofrece una ventaja determinante: estabilidad. El riesgo operativo es menor, la fiscalidad más favorable y el mantenimiento del activo más controlado. Además, evita los vaivenes del mercado de alquiler o las restricciones normativas que afectan a los arrendamientos de corta duración.
Por eso, cuando me preguntan ¿Merece la pena invertir en nuda propiedad?, insisto: sí, invierte en un inmueble así, eso sí, siempre que se haga con visión de medio y largo plazo, con asesoramiento adecuado y con la mente puesta en la diversificación. Es una inversión que combina solidez, propósito social y rentabilidad previsible. Y en el contexto español actual, eso vale oro.
Plataformas que conectan: el papel de Jubenial en este nuevo escenario
La digitalización ha llegado también a este segmento. Jubenial es un ejemplo de cómo la tecnología puede profesionalizar un mercado tradicionalmente opaco. Esta plataforma actúa como punto de encuentro entre propietarios mayores e inversores, garantizando que las operaciones se realicen bajo un marco seguro, transparente y jurídicamente sólido.
Gracias a modelos como el de esa plataforma, los inversores pueden acceder a información verificable, tasaciones independientes y contratos normalizados. Eso reduce la fricción, elimina intermediarios innecesarios y aporta confianza a ambas partes. Desde la perspectiva de eficiencia empresarial, significa reducir costes de transacción y acelerar la rotación del capital.
La oportunidad que premia el rigor
El mercado inmobiliario español está ante una transformación estructural. El envejecimiento poblacional no es una amenaza, es una realidad que redefine dónde y cómo se genera valor. La nuda propiedad y el alquiler vitalicio ofrecen una respuesta moderna a ese reto, combinando liquidez para los mayores y rentabilidad sostenible para los inversores.
A medida que las cifras demográficas se consolidan y los precios de la vivienda mantienen su tendencia al alza, invertir con visión estratégica y ética será una de las claves del éxito empresarial en el sector.
Este no es un terreno para la especulación rápida, sino para quienes entienden que el tiempo es un aliado del capital paciente. Y, sin duda, en la España que envejece, invertir en un inmueble bajo estas fórmulas será cada vez más sinónimo de inteligencia patrimonial.
Referencias consultadas:
- Banco de España. (2024). El mercado de la vivienda en España: evolución reciente, riesgos y perspectivas. https://www.bde.es/f/webbe/GAP/Secciones/SalaPrensa/IntervencionesPublicas/DirectoresGenerales/economia/Arc/IIPP-2024-11-18-gavilan-es-or.pdf
- Instituto de Estudios Económicos. (2025b). La fiscalidad de la vivienda en España. https://asval.com/wp-content/uploads/2025/06/Informe_FISCALIDAD-de-la-VIVIENDA.pdf
- Instituto Nacional de Estadística. (2024a). Proyecciones de Población 2024-2074. https://www.ine.es/dyngs/Prensa/PROP20242074.htm








