Usa a tus rivales para alcanzar el éxito y ser mejor

Usa a tus rivales para alcanzar el éxito y ser mejor
Usa a tus rivales para alcanzar el éxito y ser mejor

Usa a tus rivales para alcanzar el éxito y ser mejor. Es imposible caerle bien a todo el mundo. Y en el ámbito profesional, menos. Incluso, consigues llegar a una empresa donde tus nuevos compañeros te reciban con los brazos abiertos; y al mes seas el hombre invisible.

Y allí aparece la competitividad, la falta de sintonía, las críticas. Allí entre tu manera de gestionar este escenario. Apuestas por la autocompasión o te beneficias de esa revelada enemistad por tus ahora rivales y apruebas para el crecimiento personal, ser mejor y alcanzar el éxito, gratis.

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Los rivales son ese espejo donde mirarnos para crecer

Todos en algún momento acumulamos desencuentros con una persona a quien le gustaría perder de vista. Y, si bien no sabemos quién de los dos arrojó la primera piedra, esa antipatía acostumbra a ser recíproca.

Los rivales son ese espejo donde mirarnos para crecer
Los rivales son ese espejo donde mirarnos para crecer

Aunque logre parecer una malísima noticia, nuestros rivales logran transformarse en un buen espejo en el que mirarnos. Ya que nos obligan a tomar conciencia de quienes somos. El valor de quien no nos quiere completamente, esa mirada no está distorsionada por el amor hacia nuestra persona.

Desde ese compañero que te hace la vida imposible, ese amigo o familiar que en las reuniones siempre pone en duda todo lo que expones; inclusive ese cargo en la empresa que desconoce tus ideas y aportes, te permiten descubrir tus puntos débiles y fortificar tus virtudes.

La razón es simple: Y es que la complacencia y el fervor absoluto no sacan a relucir esos poderes ocultos que tenemos escondidos. ¿Cómo vas a perfeccionar tus debilidades si a tus amigos les parece perfecto todo lo que dices o haces?

Finalmente, no debemos subestimar la figura del rival en nuestra vida personal y profesional ya que igualmente nos hará apreciar nuestras fortalezas y reconocer los progresos.

En cada oportunidad que nos tropezamos con alguien que cuestione lo que expresamos o lo que hacemos; tenemos la oportunidad de valorar nuestra maestría en asuntos que sí dominamos como: el nivel de tolerancia frente a la frustración; la capacidad para ajustar una crítica, para ser más paciente, automotivarnos, o no pedirnos/exigirnos más de la cuenta.