Capacidad de innovar se puede aprender

La capacidad para innovar
La capacidad para innovar

La capacidad de innovar se puede aprender. Actualmente nos encontramos con el discurso de moda, donde se indica que la innovación es el motor esencial para el desarrollo económico. Generalmente se considera la creencia de que las personas que son capaces de innovar son aquéllas que disfrutan de una mejor propensión para hacerlo, o que simplemente cuentan con la aptitud más apropiada.

Si bien es cierto que la aptitud para la innovación es importante; también es cierto que no es necesariamente innata y que podemos aprender a construir la capacidad de innovar. Ya que, a pesar de que especulemos que no poseemos la aptitud que se precisa; podemos conseguir alcanzar esta capacidad a través de la actitud.

La capacidad de innovar dependerá de la actitud mas que de la aptitud
La capacidad de innovar dependerá de la actitud mas que de la aptitud

En nuestra cotidianidad (laboral o personal) debemos tomar decisiones en diferentes aspectos. En algunas oportunidades nos equivocamos y en otras atinamos. Pero los más importante que hay que tener presente; es que en todas y cada una de ellas se despega un aprendizaje.

Los errores son los que nos ayudan a desarrolla la capacidad de innovación

Es evidentes y claro que nuestros triunfos fortifican nuestra seguridad, nuestra capacidad de decisión y asimismo la valoración que el medio social donde nos desenvolvemos posee de nosotros. Pero más allá de nuestros aciertos, nuestros errores o equivocaciones consiguen tener tanto o más valor.

Pues con su descubrimiento, intentamos corregirlo, y esto permite que podamos desarrollar en nosotros mismo una actitud autoconstructiva. Que nos ayude a conseguir una mayor capacidad para prevalecer ante nuevos triunfos, de trabajar con mayor energía, lo que nos puede llevar a lograr advertir y crear las cosas como otros no alcanzan hacerlo, definitivamente nos estimula a innovar.

Por ende, inmerso en este ejercicio son muy primordiales valores como el trabajo y la humildad. Comprendiendo que sin trabajo no hay consecuencias. Y que no existe ningún innovador que haya conseguido un gran efecto sin haberse frustrado primero, donde aprendió a limarse profesionalmente para lograrlo.

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