El coaching, para emprendedores

El coaching, para emprendedores
El coaching, para emprendedores

El coaching surge para superar el primordial impedimento que afrontan los emprendedores. Sin desesperarse, expresó alguna vez Winston Churchill, facilitando un lugar a una de las frases de cabecera de cualquier emprendedor.

Pero ¿cómo conservar la fuerza y la motivación cuando las cosas no salen como uno espera? La respuesta radica en el coaching o entrenamiento de nuestras habilidades blandas o interpersonales. Una experiencia cada vez más manejada en el mundo de los negocios; el coaching surge para superar la ineptitud para combatir la frustración.

Actitud, motivación, compromiso, comunicación y liderazgo son algunas de las competencias blandas que todo emprendedor debe fortalecer en aras de su proyecto de negocios. Por momentos impredecible, el coaching crea un espacio creativo y dinámico para que el participante trabaje en su parte anímica. Ocurre que, el techo de un líder no está en su incapacidad técnica, sino emocional.

Coaching crea un espacio creativo y dinámico para que el participante trabaje en su parte anímica
Coaching crea un espacio creativo y dinámico para que el participante trabaje en su parte anímica

El coaching para emprendedores, “antes que un plan de negocios habría que armar un plan de vida”

Del tal modo, ya construidos como personas producto de una decisión personal, no existirá el fracaso. Debemos, en este sentido, entender quiénes somos, qué queremos y qué camino vamos a recorrer.

La actitud y la motivación son fundamentales entre las muchas competencias blandas de los emprendedores. “Hay que desarrollarlas con mucha disciplina y paciencia”, punteó la directora de Training People. De esta manera, contamos con los aportes de la neurociencia para conocer las emociones y sensaciones que experimenta el cerebro y valoró la importancia del juego, lo lúdico, en el día a día.

Uno de los diversos anglicismos que han cercado el mundo de los negocios en los últimos años, el coaching surge como una práctica que todo emprendedor debería considerar. Desde otra perspectiva, permite el desplazamiento anímico desde la desconfianza y la resignación por el aparente fracaso hacia la confianza y la ambición precisa para seguir adelante.

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