No soy tu jefe, soy tu líder

No soy tu jefe, soy tu líder
No soy tu jefe, soy tu líder

No soy tu jefe, soy tu líder. Generalmente, cuando hablamos de nuestro superior en el trabajo, lo hacemos en un tono como si habláramos de la figura más temida y denigrada, y no de una persona admirada y respetada; a la que los trabajadores rinden respeto y no por lo que representan sino por miedo a posibles amenazas.

No obstante, en algunas ocasiones un jefe representa un ejemplo de imagen imponente. Pero, hay que saber distar entre un superior que procede como líder del equipo a otro que no solo se comporta como tal; sino que, también, utiliza su autoridad para imponerse a su equipo de trabajo. Estas son imágenes completamente contrapuestas, a pesar de que en muchas ocasiones se utilicen sin distinción.

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El jefe dirige, el líder, al contrario, guía
El jefe dirige, el líder, al contrario, guía

En un equipo de trabajo, el líder inspira confianza mientras que el jefe déspota inspira temor

Jefe se expresa “YO”, líder dice “NOSOTROS”. El jefe muestra por qué debe efectuarse un trabajo; mientras que el líder sabe cómo guiar a sus empleados para crear una carrera profesional.

Así mismo, un superior solo manipula con su autoridad para imponerse; por otro lado, que el líder se asiste con la cooperación entre los integrantes del equipo para sacar adelante una determinada labor. El jefe dirige, el líder, al contrario, guía.

En ocasiones un jefe busca culpables, el líder canaliza los inconvenientes e intenta buscar una solución a los mismos. Jefe hace que crezca la tirria entre sus trabajadores, mientras que el líder aviva el entusiasmo ante el trabajo.

Finalmente, los líderes usan su propia pasión para motivar e inspirar a sus empleados. Los jefes utilizan la autoridad para obtener resultados, regularmente a corto plazo.

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