Si eres feliz en tu trabajo ¿Te importaría cobrar menos? Encuestas indican que 6 de cada 10 trabajadores lo haría. Así de importante es la felicidad en el trabajo. 6 de cada 10 asumiría cobrar menos en sueldo si obtiene una mayor sensación de felicidad profesional.
En el caso de los trabajadores autónomos y profesionales, expresan que la felicidad laboral se acrecentaría para el 41 por ciento. Debido a que se tiene más autonomía de horarios y consiguen dedicarse a lo que realmente les gusta.
Por otra parte, otro 38 por ciento considera que los compromisos que recaen al trabajar por cuenta propia hacen que la felicidad laboral no crezca. Todo lo contrario, puede hacer que se reduzca si se asume un mayor número de horas al trabajo.
Existen ciertos aspectos fundamentales en el momento de evaluar la felicidad laboral. Son el optimo ambiente dentro del sitio donde se labora. Así como también la posibilidad de desarrollar habilidades propias y destrezas creativas de los trabajadores.
Sumando a todo esto, la estabilidad profesional y disponer de un horario que admita ajustar la vida laboral con la familiar. Siendo estos los cuatro aspectos que unido con el sueldo presumen la base esencial para valorar la felicidad laboral.
¿El salario importa? Si eres feliz en tu trabajo
El salario posee una apreciación menor a todos los anteriores. A pesar de que todos se ubican por arriba del ocho en estimación al momento de determinar la felicidad en nuestro trabajo.
Cuando se establecen las políticas de protección de talento dentro de las empresas surge como mayor importancia la actitud. Esa apreciación que la empresa realiza al valor del empleado más que en un aumento de sueldo, es conseguir que se sienta agradado dentro de la misma.
Proporcionar la avenencia, optimizar las perspectivas y progreso profesional, fomentando un buen ambiente. Es algo que muchas empresas anhelan hacer, pero escasas lo logran. Por ello es primordial buscar todas las alternativas. De modo que cuando el trabajador asista a su lugar de trabajo, lo haga para proporcionar lo mejor de sí mismo. Y no como un deber al contrato que en el fondo está ansiando que concluya.
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