La armonía en el trabajo es uno de los aspectos que más debería importarnos a diario. Y es que nadie debería tener que soportar a un compañero tóxico o peor aún que este tenga algún cargo de responsabilidad.
Cuando hablamos de personas tóxicas nos referimos a esos trabajadores cuyo comportamiento influye directamente en la tranquilidad del grupo. Únicamente son divertidos en las series de televisión, pues en la vida real puede hacer un gran daño.
Buen trabajador pero tóxico
En ocasiones suele suceder que estas personas tóxicas llegan a ser buenos trabajadores, al menos ante los ojos de los jefes; pues normalmente practican los rumores y peor aún las amenazas cuando tienen cierta responsabilidad a cargo; eso sí, cuando los jefes no están presentes.
No hay nada peor para la imagen de una empresa que un superior trate mal a algún empleado delante de un cliente potencial. No importa la situación, esto es simplemente inaceptable, nadie debería tener que soportarlo.
Como trabajadores pueden ser eficientes y cumplir con todas sus obligaciones, pero como compañeros pueden ser un verdadero dolor de cabeza. Es suficiente de querer aprovecharse de los demás para conseguir beneficios personales; un equipo es justamente eso, personas que trabajan por un mismo fin.
Trabajo en equipo
No se trata de tener mayor ego que los demás, tampoco de ver el vaso medio lleno. Simplemente es un tema de colaborar para tener un buen ambiente de trabajo; en la oficina es donde se pasa mayor parte del tiempo y en la mayoría de los casos los compañeros se convierten en colaboradores.
A la hora que un equipo se integra una empresa puede ser más productiva y avanzar de manera adecuada. Entonces, ¿para qué dañarlo con actitudes y comportamientos erróneos? En algún momento se podría necesitar un favor, pero nadie quiere colaborar con personas dañinas y toxicas.