Desconectar del trabajo, es posible

Desconectar del trabajo, es posible
Desconectar del trabajo, es posible


Desconectar del trabajo no siempre nos resulta fácil. Para ayudarte a que lo consigas te damos algunos consejos con los que poder lograrlo.

Por ello, si eres emprendedor y te has resuelto a dar el paso de montar tu propia empresa sabes que además de no ser sencillo; sobrelleva una gran cantidad de tiempo y esfuerzo. Las jornadas laborales, en muchos casos se vuelven eternas y demandan estar disponible 24 horas al día siete días a la semana.

Así que, en un contexto como este en la que el trabajo invade gran parte de nuestro tiempo se hace muy difícil poder desconectar de nuestras obligaciones en el escaso tiempo de ocio del que podamos disponer.

Por lo tanto, es fundamental dedicar tiempo a nuestro negocio, pues sin él es muy difícil que fructifique. Sin embargo, es esencial es que aprendamos a desconectar y aprovechar al máximo esos instantes en los que no estemos trabajando.

¿Por qué es significativo que aprendamos a desconectar?

Imagínate una computadora trabajando de forma ininterrumpida durante mucho tiempo. Si no lo reiniciamos, su funcionamiento se va ralentizando progresivamente; y los procesos que antes hacía de forma casi automática se van haciendo más lentamente.

Con nosotros sucede algo parecido. De modo, que requerimos descansos para rendir mejor.

De tal manera, cuando hablamos de descanso no solo nos estamos refiriendo a dejar de trabajar. Sino también a que nuestra mente esté libre de cualquier pensamiento que tenga que ver con los deberes que se deriven de nuestras respectivas ocupaciones laborales. Por lo tanto, para un descanso apropiado es preciso que descansemos tanto el cuerpo como la mente.

Por otra parte, el lograr desconectar y hacerlo de forma apropiada nos permite estar más descansados a la hora de enfrentar el trabajo. De modo, nuestra velocidad de procesamiento y de resolución de situaciones o contratiempos también se hace de una manera más fluida, ya que evitamos la fatiga.

En este sentido, mantener nuestros pensamientos siempre centrados en el trabajo puede traernos consecuencias negativas como pueden ser: Depresión, ansiedad, irritabilidad, cansancio y fatiga, problemas para dormir; así como, deterioro de las relaciones sociales y familiares, e insatisfacción personal.

Por último, si logramos que nuestra vida no gire por completo en torno al trabajo gozaremos de una vida más plena y con diferentes pilares que la sustenten.

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