Es falso que solo los inteligentes se hagan ricos. En la actualidad, sigue existiendo una fuerte tendencia social a señalar a las personas ricas con las más exitosas (error); y luego se considera que los más exitosos en su vida son las personas más inteligentes (otro error).
Este pensamiento social no es cierto en muchos casos. Incluso, no lo es en la mayoría. Un estudio proyecta como resultado que las personas más poderosas no son las más inteligentes, tan sólo las más afortunadas. El dinero tiene que ver más con la suerte que con la inteligencia. Claro está, eso no impide que no existan ricos que sean muy inteligentes, pero la relación no es automática.
En la Universidad de Catania (Italia) donde el trabajo de investigación se ha realizado a cargo de Alessandro Pluchino y sus colegas. La indagación consistió en modelizar con modelos computacionales el talento humano; y la manera en la que las personas lo usan para aprovechar las oportunidades que les ofrece la vida. Dos de los primordiales parámetros modelizados por estos investigadores han sido el talento, así como el azar y la suerte.
El inicio de estos investigadores en la ruta de esta modelización fue el hecho de que la distribución estadística de la riqueza no concuerda con la que debería mostrarse si ésta fuese conforme a la distribución de la inteligencia entre las personas que componen la sociedad.
Resultados que demuestran que los inteligentes automáticamente se hacen ricos
La tesis de base es que el modelo de la meritocracia para crear consecuentemente la riqueza no es sólido con el hecho de que hallamos ricos y recursos económicos distribuidos con una distribución probabilística que sigue una ley potencial.
Esta distribución en la práctica hace que, entre los propios ricos, exista numerosos con una “riqueza más restringida”, y unos pocos con una riqueza que está distintos órdenes de magnitud por encima.
Por otra parte, la distribución de la inteligencia no muestra esta misma distribución en la sociedad; y se puede decir con total seguridad que no hay una persona 1 millón de veces más inteligente que la media.
No existe modo de que todos seamos más ricos como socioeconomía que creando un caldo de cultivo favorable para la multiplicación y el avance de la innovación y las ideas, allá donde las hubiere.
El azar siempre será una porción que el destino suministra a algunos ricos a lo largo de su vida, pero sin duda con estas señales estaremos más cerca de una meritocracia real.
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