La expansión de Soichiro Honda inicio con su propio negocio a los veintidós años. Tras seis años trabajando como mecánico en la capital japonesa, Honda volvió a su provincia natal. Art Shokai se había convertido en un taller próspero y popular que abrió delegaciones por todo el país.
Honda fue escogido para la expansión del taller en Hamamatsu, la ciudad más cercana a su pueblo. Entonces se decidió a estudiar.
En su juventud Honda desfavorecía la educación convencional. “Si la teoría promoviera la creatividad todos los profesores habrían sido los inventores”, frecuentaba decir. Sin embargo, ya no tan joven y tras varios años al frente de su propio taller. Reconoció que estudiar podría serle útil e ingresó en la escuela técnica de Hamamatsu.
Honda vivía en el taller, trabajaba sin descanso y todo su tiempo libre lo dedicaba a construir coches de carreras.
A Honda le tocó vivir dos conflictos bélicos casi simultáneos, la guerra sino–japonesa y la Segunda Guerra Mundial. Durante los cuales su negocio sobrevivió gracias a los aros de pistón que proveía a Toyota. Que más tarde se convertiría en su principal competencia.
Los aros de pistón habían sido diseñados durante los años anteriores por el propio Honda. Y le costaron sudores y lágrimas antes de conseguir superar las pruebas de calidad de Toyota.
Cuando termina la guerra. Hamamatsu había sido fuertemente bombardeada por el ejército estadounidense. La fábrica administrada por Honda, como el resto del país, yacía en ruinas.
Honda decide no reconstruir la fábrica y vende el negocio a Toyota.
Con parte del dinero de la venta compra un tanque de alcohol. Lo instala en su jardín y anuncia que se toma el año de descanso, haciendo whisky casero para familiares y amigos.
A pesar del desastre de la guerra a Honda le llega el éxito muy poco después. Honda abre una fábrica bajo el ostentoso nombre de Honda Technical Research Institute, donde producirá motores para motocicletas.
Ideó el invento que le impulsó hacia el éxito. Instaló el motor de una pequeña radio militar, que había recogido en casa de un amigo, en una bicicleta, construyó un depósito con una bolsa de agua caliente usada y lo llenó de aceite.
El invento logro la expansión bajo el nombre de “chu-chu” por el ruido que hacía y se vendieron mil quinientas unidades. En mil novecientos cuarenta y siete el “chu-chu” se rediseñó y dio lugar a la famosa Honda A-Type, el primer invento de Honda que salió al mercado