Lograr la empatía con tu jefe, y optimizar la comunicación

Lograr la empatía con tu jefe, y optimizar la comunicación
Lograr la empatía con tu jefe, y optimizar la comunicación

Lograr la empatía con tu jefe es uno de los canales para optimizar la comunicación. Una de las principales dificultades para muchos trabajadores en la empresa no es otra que la mala comunicación con su jefe. En ocasiones la falta de comunicación, el no saber cómo tratarlo; o sencillamente cuando nos limitamos a obedecer órdenes con las que por lo general no estamos de acuerdo, es un grave error en las empresas. Por ello es fundamental lograr la empatía con el jefe.

Generalmente, el trabajador es completamente dócil, existe una cadena de mando que no se discute; sin embargo, el que al final efectua el trabajo sabe que esa orden que le están comunicando no es la más eficaz para efectuar la tarea encomendada. Pero no se habla por temor, a causa de tenemos un jefe que sabemos que no escucha, un dictador o inclusive un incompetente.

Lograr la empatía es en ocasiones, ponernos en la piel del jefe…

Principalmente, lo que tenemos que hacer es ponernos en la piel de nuestro jefe. En algunos casos no es que nos pida hacer el trabajo de una determinada forma para demostrar quién es el que manda; sino porque cree que es lo más eficaz para la empresa. Esto por momentos se convierte en más trabajo para el que tiene que hacer dicha tarea. Pero si usamos este argumento, sencillamente vamos a quedar como un trabajador holgazán.

Siempre hay que pensar en la empresa. Si pensamos que las cosas se pueden hacer de otra forma, el argumento tiene que ser qué gana la empresa con ello. Nosotros nos libramos antes de este trabajo si lo formulamos de este modo, lo que nos permite ocuparnos de otra tarea que tenemos en reserva antes.

Lograr la empatía es en ocasiones, ponernos en la piel del jefe...
Lograr la empatía es en ocasiones, ponernos en la piel del jefe…

Si no logramos ponernos en la piel del jefe no podemos procurar que él se ponga en la nuestra

Igualmente tenemos que pensar en el cliente final. Nosotros no estamos debatiendo las órdenes del jefe; sino que tenemos la empatía suficiente con el cliente para saber que si lo hacemos de otra forma saldrá favorecido; quedará más satisfecho con nuestro trabajo y la empresa igualmente ganará.

Finalmente, podemos usar el argumento de los costos. Generalmente se entiende que los costos laborales ya están pagados. Da igual que tardemos dos que cuatro horas, pues al trabajador se le pagará lo mismo a final de mes. Pero es significativo hacer ver el costo de oportunidad, pues si estamos enfrascados con una tarea ejecutándola de forma ineficaz no lograremos ejecutar otras.

(También puedes leer: Las relaciones laborales con el jefe)