Conoce las palabras preferidas de los malos jefes

Los malos jefes existen
Los malos jefes existen

Las empresas están atiborras de los buenos y los malos jefes. Para conseguir reconocerlos simplemente basta con prestar atención a ciertos aspectos. Como la actitud que toman en los instantes arduos y en las cosas que expresan en esas circunstancias.

Existen palabras que lastiman más que otras, y lastiman más cuando las expresa un jefe. Puesto que pueden ser pequeñas sospechas de que no está a contento con tu trabajo.

Los malos jefes y las palabras que les gusta expresar:

Si no está a gusto con el trabajo, hallaremos a alguno que sí.

Aquí no se le paga para pensar.

Lo voy a tener en cuenta. 

¿Quién le dio autorización para hacer eso?

Abandone todo lo que esté haciendo y haga esto ¡YA! 

Tráigame soluciones, no dificultades. 

Agradezca que tal como está la situación, usted tiene trabajo.

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El doctor Wayne Dyer, uno de los escritores más privilegiados actualmente. En su libro “Tus zonas erróneas” sugiere no dejarse impresionar por las expresiones que dicen las personas y protegerse emocionalmente. Ya que si se profundiza mucho sobre lo que expresó este o aquel acabará por perder la salud mental.

Se consigue tomando actitudes en donde no es preciso que a una expresión ofensiva de un mal jefe siquiera se responda

Por el contrario, atendiéndolo, pero siga con igual semblante cuando acaba de descargar las frases ofensivas. No permita que su cara tenga alguna muestra de que esto le afectó.

Quizá lo que expresó le lastime, pero lo principal es no manifestarlo. Y mucho menos a disimuladas expresarlo con ansiedad o llanto. De ser así usted habrá perdido la autoconfianza. No se trata de simular, simplemente es ir edificando una conducta que a largo plazo se transforma en un eficaz carácter sicológica.

Hay diversas maneras en que los malos jefes consiguen herir emocionalmente. A través de las palabras ofensivas, bromas, ironías. O degradando al trabajador al frente de todos con mentiras o exageración de los errores.

Si te interesa mucho el empleo, lo ideal es construir una actitud de autoconfianza y seguridad. Por el contrario, busca alternativas laborales donde tú trabajo y tus derechos como trabajador. Pero también como persona sean respetados.

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