Peticiones que una empresa no le puede hacer a un autónomo o freelance

Peticiones que una empresa no le puede hacer a un autónomo o freelance
Peticiones que una empresa no le puede hacer a un autónomo o freelance

Existen una serie de peticiones que una empresa no puede hacerle a sus empleados autónomos o freelance. Parece que una de las soluciones para optimizar los datos de empleo pasaría por reducir las cotizaciones, disminuyendo con ello los costes laborales y por otro flexibilizar las contrataciones. Dicho así, parece que lo perfecto sería que todos los empleados de una empresa fueran autónomos. Pero esto tiene algunos inconvenientes.

No es una figura rara, pues numerosas empresas incorporan a estos profesionales como colaboradores, como autónomos dependientes o en ciertos casos como “falsos autónomos”. Por su propia definición, existen ciertos temas que no se pueden pedir a estos empleados independientes, ya que no pertenecen estrictamente a nuestro personal.

Peticiones que no le pueden hacer un autónomo o freelance

Cumplir con un horario: En la empresa poseen un horario de atención al público, un horario laboral. El autónomo puede trabajar en el horario que el desee. La empresa no puede exigirle que efectúe las tareas asignadas dentro del horario que a ella le interesa.

Así como tampoco imponer el número de horas obligadas para ejecutar el trabajo que le facturará. Si el autónomo puede terminar en 5 horas lo que los trabajadores de la empresa hacen regularmente en 10 es cosa suya. Igualmente puede darse el caso contrario.

Existen una serie de peticiones que una empresa no puede hacerle a sus empleados autónomos o freelance.
Existen una serie de peticiones que una empresa no puede hacerle a sus empleados autónomos o freelance.

Asistir al lugar de trabajo diariamente: El autónomo es independiente para asistir o no al lugar de trabajo. En ocasiones es bueno estar en contacto con el cliente, principalmente en una primera fase de definición de necesidades y ver que el trabajo va bien encauzado. Pero no es obligatorio.

El autónomo no tiene que ir cada día a la oficina: La empresa no puede imponer al autónomo dónde tiene que trabajar, lo mismo que sucedía antes con el horario. Esto no le exime de efectuar determinadas reuniones para llevar el trabajo a buen puerto, pero siempre tienen que ser de común acuerdo.

Decidir cuanto vas a cobrar: Este es un aspecto debatido. Normalmente es el autónomo el que establece sus costes. La empresa tiene un trabajo o tareas que pretende encargar a este profesional y él decide por cuanto lo va a hacer. La empresa decreta un proyecto por determinado presupuesto. Si al autónomo le interesa lo acepta. Lo normal es negociar, aunque aquí es cierto que el autónomo siempre lleva las de perder.

Exigir que trabaje sólo para ellos: Tener una relación de exclusividad es impensable para una relación entre autónomos y empresas. Podría inclusive darse la paradoja de que estuviera trabajando para empresas que son competencia entre ellas. No se puede imponer que ofertas de trabajo puede aceptar o no como autónomo.

(También puedes leer: A los malos jefes no les gusta que su personal sea profesionalmente mejor que ellos)