A las mujeres exitosas las motiva la independencia económica y la superación personal. Y se enfatizan por su capacidad de ofrecer bienes y mercancías innovadoras. Los expertos observaron los secretos de un fenómeno en auge.
Las mujeres se enfrentan a un límite profesional para acceder a puestos de alta dirección conocido como techo de cristal. Pese a que cada día más ocupan mandos medios y las empresas se dan cuenta de los beneficios que el pensamiento femenino trae a un negocio.
La capacidad que las mujeres tiene para ingresar en espacios de alta gerencia varía según la cultura. En China hay muchas ejecutivas de nivel senior. Pero América Latina aún desafía una cultura extremadamente machista.
En África y América Latina hay muchas empresarias que consiguen sacar a sus familias de la escasez con negocios propios y se adentran en la economía.
Los emprendimientos se han vuelto en la mejor herramienta de las mujeres actuales para dirigir una compañía.
Al enfrentar los desafíos profesionales de estos tiempos, son las ideas originales, el modo de implementarlas y las personas que las desarrollan, lo que diferencia el negocio exitoso o el fracaso de un emprendimiento.
Cada persona tiene sus herramientas, ciertas fortalezas, como también debilidades. Sin embargo, también se hallan las particularidades de género. En este sentido, las mujeres superan al hombre en la pasión y la capacidad de ponerse en el lugar del otro (empatía). Entre otras virtudes que les permiten enfrentar de modo competitivo y liderar empresas triunfantes.
El emprendimiento femenino es una tendencia que crece a nivel mundial. No obstante, por variados elementos del país, la mayoría lo hacen por necesidad. El setenta por ciento de ellas, crea su propia empresa porque ha descubierto un hueco en el mercado y lo que es más, el cincuenta por ciento de las nuevas empresarias cuenta con estudios superiores.
Las mujeres logran establecer un balance entre la vida laboral y familiar. Y este es otro punto que tienen en cuenta a la hora de evaluar un posible proyecto propio. Sin embargo, a veces también se presenta como un desafío.
