Si pretendes vender tu idea, aprende a hablar en público

Si pretendes vender tu idea, aprende a hablar en público
Si pretendes vender tu idea, aprende a hablar en público

Si pretendes vender tu idea, aprende a hablar en público. Ya lo decía Warren Buffett: “Parece que hay alguna característica humana perversa por la que nos gusta hacer las cosas más fáciles, difíciles”. “Sólo tienes que hacer bien muy pocas cosas en tu vida, siempre y cuando no hagas demasiadas cosas mal.”

Estas dos reflexiones son cosecha del inversor estadounidense Warren Buffett. Su carrera profesional se podría reducir en: coherencia y pragmatismo. Realmente, en sus inicios empresariales decidió presenciar un seminario sobre cómo hablar en público; tenía claro que podía tener la mejor idea de negocio, pero sentía pánico a hablar en público.

Comunicar bien para vender bien

No se trata de ser unos oradores natos, pero sí al menos de conseguir que nuestra vida profesional no se vea perturbada por ese temor a desafiar a un auditorio.

Comunicar bien para vender bien
Comunicar bien para vender bien

Las nuevas formas de comunicarnos se transforman en un reto para muchos jóvenes el tener que hablar cara a cara. Supongamos lo que puede implicar esa carencia en su futuro laboral. Hablar por teléfono, mantener una conversación en la que sepamos defender nuestros argumentos es igual de significativo que tener entre manos el mejor de los negocios. Invisible si no sabemos presentarlo.

Los grandes, apostaron por la formación: Regresando a Warren Buffett, es conocida la anécdota de cómo fue alumno de Dale Carnegie, el escritor de libros de autoayuda, precisamente por su pánico a hablar en público.

Ahora parece una moda, pero el inversor fue un visionario en este aspecto, percibió que el potencial que te proporciona vender con las palabras apropiadas es primordial. Ni su memoria fotográfica ni su facilidad para los números bastaban.

Pocos hombres y mujeres de negocios poseen la habilidad de hablar en público sin fastidiar, sin acabar de comunicar lo que habían planeado.

Como anécdota, Buffett renunció la primera vez que se matriculó en un curso de Carnegie, pero a la segunda fue la vencida y de allí salió sabiendo estructurar un discurso; a no temer a hablar con los demás, a influir sobre las personas y habiendo pedido matrimonio a la que fue su mujer.

(También puedes leer: La imaginación es la llave de tu mecanismo para alcanzar el éxito)