Chespirito, apodo que catapulto a Roberto Gómez Bolaños; su apodo se debe a que le gustaba mucho escribir y era considerado un pequeño Shakespeare (Shakespearito). Este hombre transformó la industria del entretenimiento; dejando al descubierto desigualdades sociales. Todo esto; mediante el humor y personajes llenos de originalidad, carisma y bondad.
A pesar de que Chespirito estudio ingeniería; nunca la ejerció, prefirió hacer un lado la mecánica y la electrónica para dedicarse a las letras y la publicidad; Inicio su camino como creativo publicitario, lo que lo conectó con la radio y la televisión; durante la década de los cincuenta.
Chespirito y su fórmula irresistible
Así lo confirman las estadísticas y el cariño de la gente durante tantos años de trayectoria. La combinación de personajes humildes, situaciones absurdas y guiones ingeniosos significó un éxito rotundo.
Roberto Bolaños hizo uso de esta formula en cada uno de sus programas televisivos, lo que se tradujo en inmortalidad, pues a pesar de que han pasado décadas, y de que ya él no esta entre nosotros, su legado sigue vivo en todas sus creaciones.
Más de cuatro décadas después de haber sido estrenados cada uno de sus programas, Chespirito continúa en las pantallas de Latinoamérica. Algo que es completamente inusual en la televisión.
Desde mil novecientos setenta y uno, el público conoció y ha disfrutado del Chavo del Ocho. Personajes de niños interpretados por adultos fue algo que gustó en la familia. La serie se posiciono rápidamente en los primeros lugares de la televisión mexicana, pero no se quedo sólo allí, su éxito se expandió por toda Latinoamérica, Europa y hasta África.
En muchos países aun se disfruta de estas series, que siguen robando sonrisas entre los televidentes. Tras el éxito, los estudios de Televisa se las ingeniaron para mantener vivo el programa y a sus personajes, con una serie de animación 3D, desde dos mil seis, este nuevo formato presenta las mismas situaciones originales escritas por Bolaños, pero adaptadas a la modernidad.
