Aduéñate de tu tiempo, la lucha entre lo que debemos hacer y lo que hacemos

Aduéñate de tu tiempo
Aduéñate de tu tiempo

Una tarea muy importante: aduéñate de tu tiempo. Mucho se ha escuchado de los métodos que nos ayudan a optimizar nuestra productividad. Las listas de tareas son muy útiles, pero improbable de emplear en una empresa. La razón es muy sencilla, es que no somos dueños del tiempo laboral. Y una cuestión es lo que debemos hacer y otra lo que en conclusión hacemos.

Programamos perfectamente la mañana, con todo ordenado para ejecutar una cadena de tareas que deben finalizarse en el día. Y con tan solo una llamada, de un comprador, de un distribuidor, de algún compañero que precisa nuestra ayuda, para que todo se desorganice.

Aduéñate de la organización de tu tiempo
Aduéñate de la organización de tu tiempo

La proyección de nuestro día ya es improbable de consumar. La proyección quebrantada nos traslada a la frustración y en poco tiempo se deserta. Por ello es preciso ser muy maleable y dejar huecos en dicha clasificación. Si en el transcurso de la mañana no se ha tenido dificultades, hemos mantenido la concentración y desarrollado mucho más de lo que teníamos planificado.

Aduéñate de tu tiempo, métodos para lograrlo

Las microtareas son fundamentales, se trata de dividir una tarea que puede considerarse posible de efectuar en una mañana, en varias tareas más pequeñas. Esto te admite ir avanzando gradualmente y si bien aparecen obstáculos, al finalizar el día percibimos que la tarea primordial está concluida un 70%. Y así no tenemos la impresión de que no avanzamos.

Simultáneamente estas pequeñas tareas permiten que te concentres mejor, ser más flexible y reduce los niveles de frustración. Efectivamente las 8 horas de trabajo no siempre se logran ofrecer a tareas productivas. Sin embargo, hay que tener una responsabilidad entre lo que precisamos hacer y lo que conseguimos hacer.

Esta práctica debe ser progresiva. Para que marche bien tenemos que modificar algunos hábitos. Debido a que nuestra manera de trabajar se ha tornado liosa, brincando de una cosa a otra y abandonando varias a medias. Proyectar, ser flexible y reformar las tareas aplazados de modo constante. Unas se habrán concluido, otras nuevas se agregan y algunas que no eran apremiantes ahora sí lo son.

Si lo logramos el premio será gigante. Trabajamos de manera más organizada. Optimizamos nuestra productividad, minimizamos nuestro estrés. Y recobramos el control sobre nuestro tiempo.

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