Enormes empresas exitosas tienen un denominador común: sus fundadores, los empresarios hechos a sí mismos; que surgiendo de la nada han logrado construir grandes imperios empresariales. ¿Cuáles son las claves de gestión de estos emprendedores natos?
Los empresarios hechos a sí mismo, es una figura que aún hoy tiene plena vigencia. Su perfil, al contrario, se ha revitalizado siguiendo las tendencias de los nuevos tiempos.
En definitiva, es aquél que, en sus inicios, no ha tenido una riqueza familiar o personal sobre la que asentar el desarrollo de su empresa; y, que además, ha carecido de una formación académica distinguida. A pesar de estas limitaciones, no se le han imposibilitado obtener el éxito en el mundo de los negocios. Éxito que ha conseguido a base de esfuerzo y talento innato.
Claves características que logran que empresarios sin formación académica, ni fortuna, alcancen el éxito
Gran fuerza psicológica: Para reemplazar sus limitaciones materiales y de formación académica; se abre camino gracias a una gran fuerza de voluntad. Son numerosas las personas que tienen ideas para poner a marchar un buen negocio; pero que no disponen de la capacidad profesional ni del capital preciso para sacarlo adelante.
Ejemplo: la persona que toca el piano de oído y, también, compone la melodía. Otras personas, tal vez más capacitadas, saben mucho sobre el solfeo, pero a veces les falta la inspiración. Son estas particularidades las que les hacen tener una actitud desafiante ante el peligro. Sin embargo, el empresario debe tener un margen de error para no hundirse.
Son personas muy creativas y aplican soluciones únicas a los inconvenientes con que se enfrentan. Generalmente, sus acciones parecen partir de hipótesis ilógicas, por lo inusual de sus aplicaciones. Pero las consecuencias señalan que, en contra de lo que sostenía la mayoría, resultan de gran eficacia.
Formación autodidacta: numerosas son las personas autodidactas, con apenas una formación de bachillerato. Asimismo, predominan los que, por distintas razones, renuncian a los estudios para emprender una carrera empresarial propia, saltando al campo de la acción.
En otros casos, tienen alguna carrera técnica, sin ningún conocimiento de tipo empresarial. Sin embargo, la gran intuición que tienen les hace ver oportunidades de negocio en relación a algún nuevo producto o servicio, que se desarrolla en el mismo sector de actividad con el que están habituados.
Habilidad para las relaciones humanas: Otra peculiaridad de este tipo de empresarios es su facilidad inherente para las relaciones humanas. Lo que les resulta muy útil para ir entretejiendo con paciencia una densa red de relaciones personales; que les van a ser de gran provecho para el desarrollo que en el futuro consigue alcanzar su empresa.
Sectores de gran tangibilidad: Los negocios se desarrollan en mercados de gran tangibilidad, principalmente con productos de gran consumo. Igualmente son usual en el sector servicios; siempre que no precisen un alto nivel tecnológico: restauración, hostelería y todos los dedicados al ocio en general.
Muchas veces, la empresa que emprenden pertenece al mismo sector en el que comienzan a trabajar. En sus inicios suelen divisar con facilidad lo que hace mal su empresa, y desplegar más tarde este mismo negocio con las medidas correctoras apropiadas.
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