¿Es preciso el jefe infiltrado para conocer cómo funciona la empresa?

¿Es preciso el jefe infiltrado para conocer cómo funciona la empresa?
¿Es preciso el jefe infiltrado para conocer cómo funciona la empresa?


Actualmente, uno de los programas sobre empresa que tienen el formato de telerealidad es El Jefe infiltrado. En él, un responsable de una empresa o su fundador, aparece disfrazado y dispuesto a trabajar como un trabajador más. Más allá del espectáculo televisivo, varios parecen abrir los ojos y darse cuenta de cómo se trabaja en su empresa.

Por un lado, muchas veces parece que les llega por sorpresa la información que extraen trabajando codo con codo con los trabajadores de sus distintos departamentos. Así como, asuntos como sobrecarga de trabajo, horarios que hacen imposible conciliar vida laboral y familiar o problemas graves en la organización de la empresa. Parece que fueran ajenos a la misma.

Pero ¿es preciso el jefe infiltrado para saber cómo funciona su propia empresa?

Lo que no se ve en el programa es la autocrítica. Siempre parece que las decisiones que se tomaron en su momento no tienen nada que ver con peores condiciones de trabajo, una alta rotación de plantilla, etc. Así, en la mayoría de las ocasiones se atribuye a una mala interpretación de sus directivas.

Por otro lado, por más que el programa se centre en el aspecto humano, esencialmente esta debería ser la principal crítica. Se gestiona a las personas como un activo más de la empresa. Pero no se tiene en cuenta que el trabajador no es una máquina de sentimientos, que no va a alcanzar siempre el mismo rendimiento.

Y lo peor de todo es que lo que narran en el programa en muchos casos ya se ha transmitido a nivel interno y no se ha movido ficha. No se recogen las opiniones de los empleados para mejorar. O tal vez, sin las cámaras delante no se tienen en cuenta. Al fin y al cabo, nadie quiere quedar mal cuando sale por la tele.

Y ese es justamente el problema, que numerosos responsables de las empresas que se esmeran en cuidar la imagen de su empresa no lo hacen empezando por la base, cuidar de sus empleados. Finalmente, la filosofía de a quién no le interese ya sabe dónde está la puerta acaba calando.

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