Como logramos mantener el interés por el trabajo. Todo empieza cuando llegamos a una empresa. Nos contratan y todo es exaltación. Pretendemos contribuir con lo mejor de nosotros mismos, pero con el pasar del tiempo esa pasión inicial se disipa. No se trata de rendirse, pero si de una desidia que los transforma poco a poco en trabajadores zombis que pierden el interés por el trabajo.
No se trata de malos empleados, al contrario, tienen un buen rendimiento, trabajan las horas que corresponde o si hay que colaborar en momentos precisos lo hacen quedándose más horas. En las reuniones aportan ideas, pero paulatinamente trabajan con un abatimiento que les imposibilitan tener el impulso inicial con el que llegaron a la empresa. Pero, se encuentran a un paso de cambiar de trabajo.
Mantener el interés en el trabajo, sin convertirse en zombis
Existen ciertos asuntos que se logran establecer en el trabajo para impedir que se pierda este interés. Un error es tratar a todos los trabajadores por igual, cuando no todos lo son. De esta manera el trabajador que se esmera por mejorar, en poco tiempo se sentirá frustrado. Ya que se le evalúa igual que aquel que no contribuye con nada o simplemente cumple sus ocho horas sin más.
Es fundamental reconocer los logros de nuestros trabajadores. Cuando se ha trabajado en un proyecto significativo que ha salido bien, se debe congregar a todo el equipo y felicitarlos. Es un acto fácil de hacer y que reanimará a todos por sus esfuerzos. Si alguien se destacó por encima de los demás, es bueno referirse a él en esta reunión.
Es primordial incentivarlo, pero igualmente que esté tutelado para que sea algo útil, para el crecimiento del trabajador y de la empresa.
Finalmente, es fundamental saber que tenemos algún futuro profesional por delante. El techo de cristal que numerosos empleados sienten que existe, que ya han alcanzado al máximo ascenso posible, presume una frustración a sus expectativas. Y un motivo para cambiar de empresa a medio o largo plazo.
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