El Marketing emocional aparece como un campo del conocimiento encaminado a mover en las personas, sus sentimientos, valores y emociones; con el propósito de generar actitudes y acciones propicias hacia un producto determinado.
En un mundo colmado de productos e impregnado de marcas es muy arduo llegar al comprador con tan sólo una frase o imagen linda. Los clientes cambian sus modos de adquirir productos y la forma en la que ven a las marcas que los rodea.
Ahora se sabe que generalmente las experiencias y emociones venden más que el mismo producto o servicio. El Marketing emocional es esencial para crear un valor que difícilmente la competencia pueda alcanzar, así como fidelizar a los clientes en un largo plazo.
Por lo general, las relaciones comerciales entre productos y clientes son mediadas por emociones, sentimientos y valores. Los productos no sólo se precisan por el servicio o la función que suministran a los clientes; además lo hacen en función de las ideas con las que directa o indirectamente se les relaciona.
Las estrategias de marketing son las encargadas de ello. Los garantes del área tienen la posibilidad de coligar un determinado producto a una idea que, al menos al inicio, es un valor agregado.
Los ejemplos sobran en nuestro entorno. Uno cercano, la Coca-Cola ejecutó durante varios años una estrategia de marketing que relacionaba el refresco a valores como la libertad, la felicidad y la amistad. Tan solo al pensar en los colores de su logo bastaba para que millones de compradores recordaran tales valores.
Para que una campaña de marketing disfrute de éxito, debe transmitir algo más de lo que el producto en sí mismo simboliza. No importa cuál sea el producto. El fondo es relacionarlo a otra cosa y crear un vínculo con los clientes. Pero no se trata de cualquier vínculo. El vínculo con los clientes tiene que ser adecuadamente poderoso, directo e impresionante como para crear en éstos una emoción o un sentimiento que los reanime a adquirir un producto.
Otras particularidades del marketing emocional se consiguen sintetizar de la siguiente manera:
El costo es un tema secundario. El componente central de esta particularidad de marketing no es el producto ni su costo; lo fundamental es la forma como se vende el producto y lo que comunica la estrategia de venta.
Los valores, emociones o sentimientos asociados a un producto logran ser el producto de la imagen de la empresa. Por ello que es tan importante elaborar un plan de marketing en el que se envuelvan estos elementos.
Es una herramienta para hallar nuevos clientes. La emoción se reproduce con facilidad por los mercados. Una emoción compartida por millones de compradores es casi un éxito seguro en procesos comerciales. Inclusive, logra ser la puerta de entrada a otros negocios.
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