Ser sincero se paga en la empresa

Ser sincero en la empresa se paga
Ser sincero en la empresa se paga

Ser sincero se paga en la empresa. En ocasiones el no expresar lo que pensamos en la empresa es una actitud que muchos creen inteligente ya que ser sinceros se paga en la empresa. No se trata de ese instante en el que una persona no aguanta más y libera todo lo que tiene reservado y se queda a gusto. Sencillamente hablamos de exponer nuestra opinión en aspectos precisos que se relacionan con la empresa.

Uno de los primordiales inconvenientes es el cuidado a divergir en la empresa. Cuando nuestra opinión presume un halago no hay complicaciones en expresarla; pero si es inversa ser sincero, la diferencia siempre consigue acrecentar alguna ampolla. Inclusive siendo construida y lo que se busque es optimizar el bien de la empresa.

Por esta razón muchos trabajadores optan por guardarse sus opiniones. Lo malo es que generalmente todo esto se va amontonando dentro y se va creando una bola de nieve. Nuestros jefes ignoran nuestra molestia y cuando todo sale de porrazo, al mismo tiempo de ser una sorpresa no pueden asimilar la crítica.

Varias veces inclusive la crítica consigue ser injustificada, pues faltan factores objetivos, no se posee toda la visión vital de la empresa que inducen a tomar decisiones. La empresa es la que tiene que ser clara y hacer que todos remen en la misma dirección sin esconder datos o posibles dificultades.

Ser sincero es mejor que explotar en cualquier momento
Ser sincero es mejor que explotar en cualquier momento

Ser sincero se paga en la empresa, cuando la crítica se hace pública

Si hablamos de crítica interna, estas quejas se hacen públicas y se ejecutan en las redes sociales. Esto perturba también a la reputación de nuestra empresa, y la opinión que de ella logran tener sus clientes. Asimismo, generalmente suelen concluir mucho mal para los trabajadores.

Inicialmente, inclusive si el trabajador tiene razón en su síntesis, en numerosos casos se cree un acto infiel. Y esto consigue terminar pesando mucho más que cualquier otro argumento al tiempo de apreciar dicha crítica.

Finalmente, de ningún modo hay que trasladar las críticas a un plano personal. Se alcanzan comentar faltas objetivas, estratégicas, etc. pero jamás llegar al desprestigio personal. Lo excelente es que la crítica positiva se haga en público, pero la negativa siempre permanezca dentro de la empresa.

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Los clientes también critican

Pero igualmente esta sinceridad lo que oculta es lo que numerosos clientes nos han entregado. El trabajador logra estar en convenio, pero lo que está enunciando diversas veces es la opinión de los clientes sobre algunos aspectos de la empresa.

Y aquí se logran dar dos reacciones. La primera frente a del trabajador, al que por lo general se culpabiliza de no haber sabido dirigir o invertir esa opinión negativa del cliente. La segunda en contra del propio cliente, donde según la jerarquía que posea en la facturación de la empresa logra terminar incluso por dimitir de serlo.