Los clientes que desesperan, como tratarlos

Clientes que desesperan
Clientes que desesperan

Todos los días tratamos con clientes que desesperan. Y tradicionalmente escuchamos frases como: “los clientes siempre tienen la razón”, pero no siempre sabe actuar. Detectar de forma rápida y eficaz a los clientes desesperantes, es importante para limitar la pérdida de tiempo y dinero.

Te provoca llorar. Te dan asaltos de ira. Pierdes las ganas de continuar. Estos son los principales síntomas de haberte encontrado con un cliente que desespera. Varios de ellos no son conscientes del detrimento que hacen. Otros sencillamente gozan con verte sufrir y sudar. Los clientes así, se transforman en el mayor adversario de una startup o pyme cuando no sabemos cómo tratarlo.

No pierdas tiempo, popularidad y dinero con los clientes desesperantes

Se disfrazan de “cliente potencial” y a primera vista lo vemos como un milagro. Asumimos un entusiasmo tal de hacer cosas que disipamos las alarmas para identificar las señales que se hallan en ellos. Desplegar una serie de características para distar clientes potenciales de los que no lo son es fundamental para obtener éxito.

No exclusivamente en la cotidianidad es primordial el respeto y la educación hacia otras personas. Igualmente es en los negocios. En este momento quizá soy cliente, pero en otro momento, en otra posición soy el distribuidor que pretende vender.

Esos clientes que no saben lo que quieren
Esos clientes que no saben lo que quieren

Como descubrir a muchos de los clientes que desesperan y parecen potenciales:

No sabe lo que quiere: hay numerosos clientes que no tienen ni la mínima idea de lo que buscan. En lugar de informarse previamente, optan por requerir ofertas de proveedores para pensar mejor lo que precisan. Si te expresan “pásame una propuesta” sin proporcionar más detalles de que quieren, despídete de este cliente. Regresa cuando haya evaluado sus necesidades y sepa lo que quiere.

El que no deja de pedir: ya tiene la propuesta y la firmo. Una vez comienzas a prestarle el servicio, comienza a pedir cosas y realizar cambios no establecidos en el contrato. Diversos clientes desconocen el esfuerzo anexo que este tipo de petitorias representan.

Todo tiene un tope. En algún instante debes poner los puntos claros y explicarle que todo lo nuevo que solicite asumirá un precio adicional. No trabajes gratuitamente.

El que no paga: Existen dos tipos. El honesto y el que se burla. El primero es claro y te advierte. Se esfuerza para hallar una resolución. El otro empieza exigiendo servicios que jamás se pactaron, solicita informes, explicaciones y se encarga de retrasar el pago. Este cliente no te aporta valor. Presta mucha atención antes de pactar con él.

El cliente que lo quiere ya: este posiblemente sea el mejor de todos. Típico no le gusta adjudicarse el rol cliente desesperante, pero está en un escenario donde requiere cuanto antes una solución. Estudia bien el contexto antes de trabajar a pesar de que te presionen. En pocas ocasiones verdaderamente se obtienen estas ventas “cómodas”.

A pesar de que los clientes que desesperan no son conscientes del daño que hacen, no cambia el hecho que te estés derrochando el tiempo. Estudia como identificarlos pronto. Cada uno de nosotros también es cliente de otra empresa. Recapacitemos en ello cuando frecuentemos con un proveedor.

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