Storytelling es el arte de contar una historia usando lenguaje sensorial exhibido de tal manera que trasmite a los consumidores la capacidad de interiorizar, percibir y crear significado personal de ello. Los consumidores no compran tu producto o tu servicio, ellos compran la emoción que les hace sentir y lo que representa para ellos tener algo de tu marca.
Steve Jobs sabía cómo diferenciar Apple de sus competidores pues era un maestro en storytelling. Y con su liderazgo, la empresa tecnológica se transformó en una potencia a nivel mundial. Sin embargo, no es necesario tener un presupuesto de marketing como Apple. Si sabes contar tu historia única de forma impresionante, ganarás el respeto y cariño de los clientes, y tu negocio crecerá.
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Las historias son geniales para lograr la conexión emocional y la empatía, por ello practicar el storytelling te sirve para trabajar el engagement entre tu marca y tu público
Una historia, si se erige bien, logra conmover no sólo las emociones, sino además a la mente y la billetera del consumidor que ve o escucha esa historia. Te contamos cuáles son las claves que debes considerar para que tu storytelling tenga ancla y alcance los propósitos de marketing y branding.
Sin importar el propósito que se tenga, se recomienda ser estratega y practicar la técnica del storytelling sí o sí. Como dice Seth Godin, gran exponente del marketing contemporáneo “El marketing ya no va de lo que haces sino de las historias que cuentas”
Lo primero en que se debe pensar es: ¿Cuál es tu propósito? Es decir, ¿qué pretendes obtener?
Teniendo claro tu objetivo, pongámonos manos a la obra para crear una buena historia.
Con quién pretendes conectar con la historia que vas a relatar: Como indica Peter Guber un buen narrador o Storyteller es aquel que comprende que es mucho más significativo mostrar interés por los clientes que parecer interesante. ¿Por qué? Porque si sabes cómo es, qué piensa y qué sienten tus clientes, sabrás cómo empatizar, así captaras su atención e interés.
Tócale la fibra: Decide a través de qué emoción aspiras conectar y empatizar con tus clientes. Puedes empatizar a través de una inquietud que sabes que siente tu público objetivo; así como también a través de una necesidad, un miedo, una emoción o un sentimiento.
Planteamiento, nudo y desenlace: Toda historia debe seguir un proyecto de tres etapas: planteamiento, nudo y desenlace. O también, tal como ocurre en el cine, puedes comenzar una historia desde el nudo (un aprieto, un problema, una promesa, un suceso, etc.) e inclusive desde la solución y de ahí retroceder hasta sus comienzos.
Cuanto más sensible parezca, más cercano resultará. Generalmente, tendemos a sentir una gran conexión emocional con personajes desconocidos cuyas batallas e inquietudes los hacen parecer genuinos y vulnerables en relación a temas que nos resultan conocidos por experiencia propia como el afecto, la ilusión, el miedo, la aventura, el esfuerzo o la lucha por los sueños.
