Sophia Amoruso y su inspiradora historia, tuvo un salto de cero a cien en el mundo de la moda online. Y su nuevo personaje posee luces y sombras. Eso, esencialmente, es lo que importó a Netflix para hacer una serie sobre su vida.
Sophia Amoruso una chica inspiradora, contaba con 20 años y dejaba atrás una adolescencia caótica; con habituales episodios de depresión y debido al divorcio de sus padres abandonó el instituto antes de tiempo.
El inicio de su edad adulta no representaba interés para ella. Se la pasaba deambulando entre distintas ciudades de la costa oeste de Estados Unidos robando; escudriñando entre los contenedores y era muy inestable en los trabajos.
Pero Sophia no era como otras chicas Ella poseía algo que las demás no: era lista y su visión prevalecía ante la del resto. Su enérgica personalidad no era una característica frecuente entre las mujeres y eso la diferenciaba. Pues si algo tenía claro la joven es que ella sería la patrona de su propia vida, como sea.
Esa abundancia de ideas y osadía de esta inspiradora historia de Sophia Amoruso, pronto se convirtió en el imperio textil Nasty Gal
Así precisó a esta particular empresaria el periódico The New York Time en el año 2013. Cuatro años después, Netflix estrena la serie que relata la historia de su elevación desde la labilidad laboral al éxito sin precedentes; establecida en el libro homónimo que escribió la propia Sophia.
En el se instruye a las jóvenes emprendedoras qué pasos son importantes seguir para romper ese el techo de cristal. Y así tener éxito en un ambiente subyugado por hombres con corbata.
En el resumen de Girlboss, Sophia ingresa en una tienda de ropa vintage, adquiere por menos de 10 dólares una bicicleta de los años 70 en perfecto estado; y presume de la oferta delante de su confuso propietario.
La adquisición por mucho menos de su precio original muestra los inicios de Sophia. Según The New York Times, obtuvo una chaqueta Chanel por tan solo 8 dólares en una tienda del Ejército de Salvación y la vendió posteriormente por 1000.
Seguido de eso, Sophia percibió cuál era el camino por seguir. Utilizó sus conocimientos de fotografía y contrató a modelos factibles “que fuera gente estándar, no gente muerta” para que reluciesen los vestuarios que iba hallando por el camino.
Asimismo, consiguió implicar a la clientela en ciertas decisiones de la empresa y rápido consiguió más de 60.000 seguidores en MySpace. Posteriormente le tocaría el turno a Ebay y en 2006 dio el gran salto cuando apertura su propio dominio.
Gradualmente, ella y su única empleada, Christina Ferrucci, fueron agregando nuevas marcas de ropa y no se atrasaron en elaborar la suya propia.
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